Ahora que llega la época navideña, las reuniones familiares y los encuentros con los que probablemente únicamente se vean durante fechas puntuales, hay muchas personas de la tercera edad que se encuentran en residencias y que pasan la Navidad en soledad. Es por eso que organizaciones como Adopta Un Abuelo quieren poner remedio a este sentimiento que puede llegar a afectar a la salud de los más ancianos.

Según un estudio de la Universidad de Glasgow, la soledad y el aislamiento no son solo males sociales, sino que también acortan la vida de quienes los sufren, evidenciando que las personas que no reciben al menos una vez al mes la visita de familiares o amigos tienen un riesgo de muerte un 39% mayor.

Asimismo, los mayores de 70 años encabezan la lista de los peores datos en salud mental. Se trata de un grupo de edad que duplica la tasa de suicidio y los expertos ven una falta de medios para atenderles de forma específica y las entidades aseguran que es un síntoma del olvido social en el que se encuentran. Sin ir más lejos, los mayores de 80 años duplican la tasa media de suicidio en España.

¿Qué es Adopta Un Abuelo?

Es por eso que cada vez hay más actividades y acciones como Adopta Un Abuelo, una organización sin ánimo de lucro, que tienen como objetivo conectar generaciones para que todas las personas grandes del mundo se sientan escuchadas, acompañadas y queridas, mientras los jóvenes aprenden valores y conocimientos durante las visitas.

En 2015 se puso en marcha el primer programa de acompañamiento intergeneracional de Adopta Un Abuelo con 57 voluntarios en Ciudad Real y Madrid. La demanda de jóvenes fue tan grande (más de 10.000 registros en dos meses) que en mayo de 2016 Alberto Cabanes, CEO y fundador, dejó su trabajo fijo y estable en una multinacional para desarrollar el proyecto Adopta Un Abuelo en más ciudades.

Desde entonces el proyecto se ha convertido en un movimiento social en más de 50 ciudades de España en dos años y ha sido premiado en más de 20 ocasiones en emprendedora social a nivel nacional e internacional.

Contacto presencial y online

En Adopta Un Abuelo las excusas no valen, ya que se puede contribuir tanto de manera online como presencial. Si optamos por la versión online, podemos ayudar con llamadas a través de su aplicación, que quedan registradas, y así se ofrece una facilidad para conectar entre voluntarios y ancianos de cualquier lado de España. La organización también ha adaptado un servicio para que se pueda enviar una carta a un abuelo para Navidad.

Por otro lado, si optamos por la versión presencial, desde la organización aseguran que las visitas en el centro pueden ser un día a la semana, con adaptación horaria y el equipo de trabajo social coordina la visita y acompaña durante la experiencia.

Asimismo, también cuentan con ‘afterworks’ y múltiples actividades y talleres para realizar de todos los tipos: desde taller de inclusión digital para ayudar a que los más mayores puedan desarrollar sus habilidades tecnológicas hasta aprender las recetas de los mejores cocineros de las residencias.

Actividades

Desde su propia página web, Adopta Un Abuelo muestra cómo muchos abuelos han conseguido hacer su sueño realidad y cuáles son las actividades que muchos ancianos han llevado a cabo gracias a colaboradores que han aportado su grano de arena para sacarles una sonrisa.

Una de las experiencias fue cuando Mercedes, que anhelaba subir alguna vez a un crucero, subió a uno gracias a MSC Cruceros, quienes consiguieron hacerle el sueño realidad. En su experiencia, le vendaron los ojos y la llevaron al enorme e impresionante crucero: «No me lo creo, qué maravilla«, exclamaba Mercedes.

Juan, de 93 años, también cumplió su sueño de ir presencialmente al Cívitas Metropolitano y vivir la experiencia en primera persona. Gracias al club, Juan pudo conocer a Adelardo, su ídolo de la infancia, visitar el museo del club y reconocer los trofeos que había visto ganar a su equipo. Después gozó de un emocionante partido contra la Real Sociedad con victoria del conjunto rojiblanco con un gol en el minuto 89. Allí pudo conocer a Simeone, Griezmann y Morata, entre otros jugadores. «Me gusta mucho, ya puedo morir a gusto», exclamaba Juan.