El Gobierno fijó este martes el límite de gasto no financiero, lo que coloquialmente se conoce como techo de gasto y que establece cuánto podrá gastar el conjunto de administraciones públicas en el próximo ejercicio. En esta ocasión, el dato es especialmente relevante porque en 2024 volverán a activarse las reglas fiscales europeas, que se suspendieron por la pandemia del coronavirus y han continuado paralizadas por la repercusión que ha tenido en la inflación del continente la invasión de Rusia a Ucrania.

Pese a que en 2024 el déficit español no podrá superar el 3% si el país no quiere entrar en procedimiento de déficit excesivo -lo que podría desencadenar multas que los ministros de economía de los Veintisiete aún deben concretar-, el Gobierno ha aprobado el mayor techo de gasto de la historia del país, de 199.120 millones de euros, un incremento del 0,5% respecto al límite aprobado en 2023.

¿Cómo concuerda esa reducción del déficit, que este año estará en torno al 4%, con un aumento del gasto? La clave está en el incremento de la recaudación: el Ejecutivo ha calculado que el próximo año los ingresos tributarios aumentarán un 9% frente al dato de 2023, lo que dará margen suficiente no solo para incrementar el gasto, sino también para dar cierto alivio fiscal a las comunidades autónomas y a las entidades locales, en un guiño que pretende conseguir evitar el bloqueo del PP en el Senado, donde tiene mayoría absoluta.

¿Y por qué cree el Gobierno que va a recaudar por impuestos más de lo que lo ha hecho este año? En este caso, se trata de una combinación de la inflación, que aún continuará fuerte -el Banco de España, la AIReF y la Comisión Europea opinan que los precios subirán el próximo año más que este ejercicio-, con que decaerán parte de las medidas de apoyo a ciudadanos y empresas. Y eso, inevitablemente, llevará a incrementar la recaudación de forma automática, porque los precios subirán.

El Ejecutivo ya había adelantado que la recaudación tributaria avanza viento en popa y que confiaba en cerrar este ejercicio con una nueva cifra récord, de alrededor de 12.000 millones más que los ingresados en el conjunto de 2022. Hasta septiembre, la Agencia Tributaria había ingresado más de 190.000 millones, un 4,5% más que en el mismo periodo del año anterior, algo que justificaba en parte por los precios.

Las medidas que podrían prorrogarse

Por el momento no está claro qué medidas continuarán en vigor el próximo año. Cabe recordar que a raíz de la invasión rusa a Ucrania el Ejecutivo aprobó rebajas al IVA de los alimentos, que se sumaron a los descuentos de los impuestos energéticos, y también una rebaja al precio de la gasolina. Después, llegaron otras medidas, como el bono social o descuentos en el transporte público estatal.

«El techo de gasto es prudente y el Gobierno cuenta con margen para tomar o prorrogar algunas de las medidas para combatir el alza de precios si fuera necesario, una decisión que adoptaremos en función de los últimos datos disponibles», ha asegurado María Jesús Montero. Es decir, que el techo de gasto aprobado «no agota» la capacidad de gasto ya recogida en el Plan Presupuestario enviado a Bruselas, que en principio preveía la retirada de todas las medidas anticrisis.

Instituciones como la AIReF, el BdE y la OCDE ya han venido avisando de la necesidad de poner fin al paquete de rebajas fiscales, porque de lo contrario será difícil cumplir con los objetivos fiscales. Según sus cálculos, el fin de todas estas medidas provocará una recaudación adicional de casi 5.000 millones de euros en 2024, una cantidad equivalente al 0,3% del PIB.

El grueso de dichos ingresos llegaría por el fin de la rebaja del IVA a los alimentos, pero una cantidad similar vendría aportada por el fin de las rebajas al impuesto sobre el valor de producción de energía eléctrica, por el fin del impuesto especial a la electricidad y por el fin de la reducción del IVA a la electricidad. Cada uno de ellos aportarían unos 1.000 millones de euros más a las arcas públicas, y el fin de la reducción del IVA a gas, madera y pallets contribuiría con 400 millones más, según recogió entonces Cinco Días.

Este martes, el Gobierno ha adelantado que no concretará cuáles siguen y cuáles no hasta final de año, en base al avance de la recaudación y también a los datos de inflación. Pero sí ha asegurado que tiene margen fiscal para prorrogar algunas de ellas, como ya había deslizado el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Otro factor importante a tener en cuenta son los fondos europeos, que incrementan el techo de gasto del próximo año en 9.900 millones de euros. En el presente ejercicio, 25.000 millones del límite de gasto venían de los fondos europeos. Sin contar con esta inyección de dinero de la Comisión, el límite de gasto ha aumentado en 9,3% millones, algo que Montero asegura que concuerda con la recomendación de Bruselas de no aumentar el gasto neto primario más de un 2,6%.