Las expectativas en Europa están ya muy deprimidas, lo que rebaja el listón para una sorpresa positiva. Por el contrario, las expectativas en EEUU son extremadamente elevadas y el consenso está cada vez más convencido de que asistiremos a un aterrizaje suave. Estos son los cuatro grandes vientos en contra que afectarán más a la economía europea en comparación con la estadounidense, según Wellington Management.

En primer lugar, como detallan, se encuentra que, a lo largo de 2023, la economía estadounidense se ha beneficiado de una política industrial muy eficaz, con iniciativas legislativas como la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) y la Ley de Chips y Ciencia, que han supuesto un importante estímulo fiscal.

«Esto ha compensado la mayor parte del impacto de una política monetaria más restrictiva y es la principal razón por la que la economía estadounidense está en vías de crecer un 2,3% en 2023. Aunque Europa ha puesto en marcha su propia política industrial, medidas como NextGEN EU actúan con retraso y el estímulo fiscal ha sido escaso hasta ahora«, señalan.

En segundo lugar, apuntan a que, aunque tanto EEUU como Europa están experimentando un ciclo de endurecimiento monetario como no se había visto en décadas, la política monetaria parece ser un mayor viento en contra en Europa.

«Esta diferencia puede explicarse principalmente por el hecho de que los hogares europeos tienen una proporción mucho mayor de hipotecas con tipos fijos a corto plazo (hasta cinco años), lo que significa que unos tipos más altos afectan más rápidamente a la renta disponible de los hogares», dicen.

Como tercer factor está que los consumidores estadounidenses han retomado el consumo con fuerza y gastado su exceso de ahorro. Por el contrario, las ventas minoristas europeas han vuelto recientemente a su nivel y solo han alcanzado el nivel que tenían en 2019, ya que los consumidores han guardado en gran medida su exceso de ahorro debido a la crisis energética y la guerra de Ucrania que han hecho mella en su confianza.

Por último, los analistas mencionan a la decepcionante recuperación de China, que está pesando mucho más en la economía europea, especialmente en Alemania, que en la estadounidense.

Con todo este panorama, en Wellington Management se muestran más constructivos respecto a Europa de cara al futuro, «ya que es previsible que el estímulo fiscal de la UE tenga un mayor impacto a medida que la financiación empiece a llegar a la economía real. Los riesgos asociados a la economía china están cada vez más sesgados al alza y la reciente aceleración del crecimiento de los salarios reales apunta a un repunte de la confianza de los consumidores».

¿Y EN LAS BOLSAS? VENTAJAS, SECTORES, PAÍSES…

Respecto a los mercados de renta variable, en su comparación entre ambos territorios son optimistas respecto a la renta variable europea de cara a 2024, «que parece extremadamente barata en comparación con la estadounidense, incluso ajustada por sectores», afirman.

Además, creen que una recesión en Europa «es cada vez más una opinión de consenso y, por lo tanto, se refleja en gran medida en las estimaciones de crecimiento y el sentimiento», mientras que esperan que el impulso fiscal sorprenda al alza. Al mismo tiempo, consideran que el consenso en EEUU «es demasiado positivo sobre las perspectivas económicas, ya que es probable que el estímulo fiscal se desvanezca, mientras que el viento en contra de la política monetaria aumentará».

«Una sorpresa positiva en Europa y una sorpresa negativa en EEUU deberían dar lugar a un reacoplamiento de las sorpresas macroeconómicas, que es un factor clave del rendimiento relativo entre la renta variable europea y la estadounidense», añaden.

Sobre las ventajas que puede ofrecer la renta variable europea comentan que su valoración es atractiva y la rentabilidad para el accionista es ahora superior a la de EEUU. «Las empresas europeas también están muy expuestas a algunas de las principales tendencias mundiales, como la automatización y la transición energética. Por último, como ya se ha dicho, las expectativas son mucho menores en Europa que en Estados Unidos, lo que supone un listón mucho más bajo para superarlas».

En cuanto a los sectores o tendencias para buscar oportunidades en Europa, se fijan en los bancos: «La vuelta a los rendimientos positivos ha mejorado significativamente la rentabilidad del sector, los resultados de las pruebas de resistencia han sido buenos y los obstáculos regulatorios también están disminuyendo. Nada de esto parece reflejarse en las valoraciones».

Y por países, se decantan por la periferia europea: «España e Italia deberían ser los principales beneficiarios de una mejora del impulso fiscal y están menos expuestos a los problemas del sector manufacturero».