La Unión Europea impondrá sanciones adicionales a Hamás -que ya figura en la lista negra comunitaria de organizaciones terroristas- y también actuará contra los colonos extremistas israelíes que protagonizan ataques contra los residentes palestinos en Cisjordania, como ya ha hecho Estados Unidos, según ha anunciado el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.

Este es el acuerdo de mínimos al que han llegado este lunes los ministros de Asuntos Exteriores de los Veintisiete a propósito de la guerra entre Israel y Hamás, que sigue provocando fuertes divisiones internas en Bruselas. España, Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Eslovenia y Portugal han reclamado un alto el fuego humanitario en Gaza, un llamamiento que no ha logrado reunir el apoyo unánime de los socios.

La petición de una tregua humanitaria en Gaza se debatirá este martes en la Asamblea General de Naciones Unidas después de que Estados Unidos ejerciera su derecho al veto en el Consejo de Seguridad. Borrell ha admitido que «no puede garantizar» que todos los Estados miembros vayan a votar lo mismo: los europeos ya se dividieron en tres bandos distintos en la anterior votación de finales de octubre.

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Los países de la UE ni siquiera han logrado ponerse de acuerdo para expresar su apoyo a António Guterres frente a las críticas de Israel, que ha reclamado su dimisión. «Alemania ha dicho que necesita más tiempo para pensárselo. Me parece extraño que la UE tenga dificultades para respaldar al secretario general de Naciones Unidas, pero funcionamos con la unanimidad», ha lamentado el ministro de Exteriores de Portugal, Joao Gomes Cravinho.

La propuesta de imponer sanciones adicionales a Hamás ha partido de Italia, Francia y Alemania con el fin de mostrar la solidaridad europea con Israel. Los ministros han debatido si estas medidas restrictivas deben extenderse a los 40.000 funcionarios públicos que trabajaban a las órdenes del Gobierno de Hamás en Gaza y la conclusión ha sido negativa: sólo afectarán a la capacidad militar de Hamás.

Por lo que se refiere a las sanciones contra los colonos israelíes, Borrell ha explicado que en los próximos días presentará una lista de «personas conocidas por sus actividades violentas y sus ataques contra los palestinos en Cisjordania«. El objetivo último es prohibir su entrada a territorio de la UE, aunque el Alto Representante ha admitido que todavía no hay unanimidad entre los Veintisiete sobre esta cuestión.

Borrell ha propuesto además a los ministros una serie de principios que deben guiar la acción europea en Oriente Próximo. A su juicio, la UE debe oponerse al desplazamiento forzoso de la población civil en Gaza y a la ocupación de la franja por parte de Israel. También debe reforzar sus misiones en el paso fronterizo de Rafah y en Ramala, así como tomar la iniciativa política para impulsar la solución de dos Estados.  

El Alto Representante ha calificado de «apocalíptica» la situación de los civiles en Gaza y ha lamentado la «increíble cantidad de víctimas civiles» de los ataques de Israel, que suponen entre el 60% y el 70% del total de muertos, según sus cálculos. El 85% de la población gazatí (1,9 millones de personas) está desplazada dentro de la franja, que ha sufrido una «mayor destrucción que las ciudades alemanas en la Segunda Guerra Mundial».