El inglés le lanzó un beso a la afición del Betis tras marcar y el central le dijo que parara su celebración

Bellingham y Rüdiger

Joan Monfort / LaPresse

Rüdiger es líder de la defensa del Real Madrid, pero también lo es del equipo. O al menos, eso se desprende de lo que pasó en el césped del Benito Villamarín, cuando el central alemán no dudó en llamar al orden a Bellingham, la estrella del Real Madrid.

Todo pasó cuando Bellingham marcó. El inglés se fue hacia la grada del Villamarín y lanzó un beso y señaló a esa grada, como reprochándoles algo. Todo eso, mientras sus compañeros le felicitaban por el gol.

Todos no, Rüdiger, viendo que Bellingham se estaba gustando en la celebración ante la grada, se fue a por él para que parara, lo agarró y se lo llevó de allí para que se dejara de celebraciones y de encender a la afición bética. 

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