Los aficionados del Atlético y del Almería siguen el mismo deporte, pero su pasión les está devolviendo resultados bien diferentes. En el Metropolitano no hay quien saque un punto y el conjunto andaluz lleva más de 200 días sin ganar. El colista, también eliminado de Copa, dio combate sin éxito ante los de Simeone, que rentabilizaron un buen arranque con goles de Morata y Correa en un partido de contrastes.

Los locales fueron incapaces de cerrar el duelo. Resultó una clara advertencia para el choque del miércoles, donde se juega el liderato de grupo de Champions contra la Lazio. Los ajustes tácticos de Gaizka Garitano en la segunda mitad y la relajación del Atlético convirtieron a Oblak en protagonista con varias paradas de mérito.

Simeone introdujo cuatro cambios con respecto al equipo que cayó en Montjuïc. Entraron Savic y Azpilicueta, navaja suiza de la zaga, que ejerció como central. Samu Lino y Llorente formaron en los carriles, convertidos esta temporada en una batalla de poderes de la que se han visto beneficiados todos los que compiten por este puesto. Quiso gestionar recursos antes de la cuenta y el duelo acabó convertido en un duelo entre iguales, a pesar de la diferencia de puntos entre los contendientes.

Empezaron los locales a buscar rápido las combinaciones del cubo de Rubik los ‘rubios’ Griezmann y De Paul. Les ayudaba un dinámico Correa. El ‘7’ del Atlético pudo quedarse a un gol de Luis Aragonés, pero su tanto fue anulado a los seis minutos de juego. La sensación del duelo era que no tardaría en llegar el primer golpe local.

Diego Pablo Simeone, entrenador del Atlético, saluda a Gaizka Garitano, del Almería. EFE


Morata vuelve a marcar

Así fue en el 18 de partido, cuando Morata se desquitó de los cuatro partidos que llevaba sin marcar con una acción magistral en la que dejó sentados a César Montes y Luís Maximiano de una tacada. Son ya 13 goles para el delantero con el Atlético, que empata con Griezmann en la tabla de anotadores y atisba el reto de los 18 que le propuso Simeone.

Descorchada la botella, el Atlético le dio otro sorbo minutos después con una buena finalización de Correa tras la recuperación de Griezmann, que sirvió a Llorente, asistente en el 2-0. Con un panorama tan favorable frente a un conjunto tan deslabazado, los rojiblancos corrían el riesgo de relajarse. El Almería dio un paso adelante e intentó recortar distancias antes del descanso.

Primero, con una secuencia de córners en la que agotaron todo el repertorio de la pizarra. Parecía una sucesión digna de un arreglo de apuestas. Sin embargo, fue con una contra bien trenzada con la que generó una mayor inquietud a Oblak. Lo hizo en fuera de juego.

Mala segunda parte del Atlético

No entró bien el Atlético en la segunda parte y sí lo hizo el Almería. Garitano hizo varios ajustes tácticos con acierto. Nombre por nombre, como sucede en la mayoría de equipos, es incomprensible que el equipo andaluz no haya ganado un partido en lo que va de campeonato. Avisó Arribas con un cabezazo que embocó sin oposición. Respondió bien Oblak, pero Simeone y el Metropolitano empezaron a incomodarse.

El técnico argentino optó demasiado rápido por las rotaciones. A la hora de juego retiró a De Paul y Morata para dar entrada a Saúl y Memphis. Dos minutos después Leo Baptistao recortó diferencias al aprovechar un rechace tras el disparo de Pozo. Era la justa incertidumbre en un partido donde el Atlético se había dejado ir.

Inédito en el tramo inicial en el que los rojiblancos sacaron petróleo, Oblak fue fundamental para evitar un patinazo del Atlético. Intervino ante un disparo duro de Arribas. El ‘Cholo’ acabó metiendo un triple cambio e interviniendo en un partido que pasó de la claridad a la tormenta. No hubo chaparrón, pero sí un trueno que recordó a los ‘colchoneros’ una máxima: los partidos duran 90 minutos con su consiguiente añadido.