Pedro [nombre ficticio] tenía 18 años cuando empezó a coquetear con las apuestas. Poca cosa, apostaba uno o dos euros a la ruleta y cosas así. Era un juego que en principio parecía inofensivo.
Estudiaba un ciclo de Formación Profesional, siempre había sido «un buen niño, el hijo perfecto». Su madre, Susana, lo define como «ahorrador y trabajador». Pero cuando Pedro tenía 20 años llegó la pandemia y le tocó pasar mucho tiempo encerrado en casa con el ordenador y sin contacto con los amigos… «y la cosa fue a más».
Sus padres empezaron a inquietarse con sus continuas peticiones de dinero: «Hazme un ‘bizum’, hazme un ‘bizum’», recuerda Susana que les insistía.
Ante las advertencias que le hacían Susana y su marido, el joven les respondía con una frase tan típica como falsa: «Esto lo dejo cuando quiera». No era cierto: Pedro era un adicto a las apuestas deportivas online.
A los 23 años pasó el punto de no retorno cuando le echaron por robar en uno de los dos trabajos que tenía. Él ahí reconoció el problema, se quitó las apps del móvil y cerró las cuentas. Pero a los dos meses comprobaron que se había creado un nuevo perfil y que volvía a estar igual. Ahí lo confrontaron de nuevo y es cuando acudieron a Projecte Home.
Gastarse la nómina en dos días
Tras un año de trabajo terapéutico, Pedro fue dado de alta la semana pasada. Está trabajando y contento, pero por el camino ha dejado una carrera universitaria a medio estudiar además de miles de euros gastados. ¿Cuánto? Los padres calculan que más de 8.000 euros. Al empezar a tener acceso a su cuenta, Susana cuenta que se quedó espantada: «Le entraba la nómina y a los dos días ya no tenía nada». Incluso llegó a pedir un préstamo.
Esta madre explica que no sólo se le iba dinero en las apps de apuestas: también gastaba en pagar a personas que se ofertan en internet a través de diferentes portales para aconsejar sobre cómo jugar online.
Por lo que ha visto con su hijo, Susana ha constatado que en general «te lo ponen muy fácil» para jugar y también para engancharte: «Te crees que eres un experto, que vas a saber más que las apps, ganas algo y entonces apuestas para ganar más… es un pez que se muerde la cola», lamenta esta madre, que lanza una reflexión y una advertencia: «Yo creo que a muchos padres les pasa como me pasó a mí, que creía impensable que mi hijo llegara a esto, pero cualquier persona puede caer».
Las cifras del Informe sobre Trastornos Comportamentales Estudes de 2022, hecha a nivel nacional, reflejan que un 6,5% de la población de entre 15 y 24 años se juega dinero en internet. Entre los 25 y los 34 años la prevalencia aumenta al 8,4%. Según este trabajo del ministerio de Sanidad, la edad de inicio al juego online se sitúa en los 15 años.
Ahora Pedro ya ha sido dado de alta y Susana y su marido están más tranquilos, aunque sean conscientes de que la tentación está ahí, en su móvil, en su bolsillo.