La líder ultraderechista Marine Le Pen gana fuerza como la «alternativa natural» a Emmanuel Macron en la presidencia de Francia de cara a las elecciones de 2027, estiman los expertos, en un contexto europeo favorable a los partidos de extrema derecha.
Por primera vez, más franceses consideran que la Agrupación Nacional (RN) de Le Pen no representa un peligro para la democracia (45%) que lo contrario (41%), reveló el jueves un sondeo del instituto Verian para el diario Le Monde.
La líder ultraderechista ya llegó a la segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 2017 y 2022, que perdió ante Macron con un 33,9% y un 41,45% de votos, tras años de una estrategia centrada en liberarse del aura ultra de su partido.
«Las ideas de la extrema derecha se difunden y se propagan en los grandes partidos, como vemos en Francia o Alemania», apunta Gilles Ivaldi, politólogo de Cevipof. La creciente porosidad se da especialmente con la derecha tradicional.
La gran favorita
Sarah Proust, edil socialista en París, señala una «ola» a nivel europeo. Varios países de la Unión Europea, entre ellos Italia, Hungría y Finlandia, tienen a partidos de extrema derecha en el poder. Países Bajos podría seguir sus pasos.
El partido de Le Pen aparece en los sondeos como el gran favorito en Francia de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo junio, que se celebrarán meses antes de un juicio contra la líder y su formación por malversar fondos públicos europeos.
En este contexto, ¿se encamina hacia la presidencia de Francia en 2027, a la que Macron ya no podrá optar? «Puede ganar vista la naturaleza de sus apoyos, su estructura electoral que es atrapalotodo y que se parece a la de un partido de gobierno», explica Dabi. Adélaïde Zulfikarpasic, de la encuestadora BVA, advierte no obstante que «su derrota todavía es posible», ya que la «desdemonización» de su partido «no es total».