Amy Winehouse suena a toda voz en el cine de Tragacete, convertido esta noche en escenario de un concierto en el epicentro de la Serranía de Cuenca. Luego la guitarra da paso a los acordes de Un beso y una flor, y la gente se pone de pie con Tengo el corazón contento y todas las versiones tocadas por Gil&Him, Elena y Pablo, recién llegados de Asturias. Por la mañana fueron los virtuosos del blues, Richard ‘White Boy’ & Victor Sitnyk, de Philadelphia y Lugansk, respectivamente, los que llevaron el ritmo americano a la cuenca del río Cuervo. La noche anterior, en Vega del Codorno, los Street Foxes, convirtieron al soul todo tipo de canciones de ayer y hoy con un saxo y una guitarra, con un público estupefacto ante lo que Cecilia y Liam estaban creando en aquel teatro ante medio centenar de personas. De eso va Itinera Iberia, el festival que lleva todos los estilos musicales a los pueblos pequeños, olvidados, relegados y aislados de ciertos servicios, como la cultura, que en vez de salir a buscarla, ahora va a ellos. A la España despoblada.
Itinera frena, durante unos meses, su particular caravana de música entre sierras y valles. El festival catalán, nacionalizado valenciano, manchego y navarro, entre otros territorios, ha concluido con su edición de 2023 y ha presentado ya la de 2024. Desde abril, Itinera ha organizado 104 conciertos por todos los municipios en riesgo de despoblación valencianos donde se han acometido dos objetivos: acercar la cultura a zonas desconectadas geográficamente de las grandes urbes y sus agendas culturales y, por otro lado, dinamizar ese municipio donde plantan su bandera por unas horas.
La clausura de este festival se ha celebrado en la Serranía de Cuenca. Tragacete, Vega del Codorno y Huélamo han sido los municipios anfitriones que han acogido charlas sobre despoblación, ruralidad y cultura y, por supuesto, han contado con cuatro actuaciones musicales que concluyeron ayer por la tarde con Fran Palazón & Batio, colaboradores de Ara Malikian y C. Tangana.
La reflexión que se ha buscado a lo largo de tres días de intervenciones de personas de diferentes ámbitos de la cultura y el mundo rural ha girado en torno al encaje de eventos musicales y artísticos en zonas en riesgo de despoblación. Lo explicó Marcel Marata, impulsor de este festival que ha puesto del revés la agenda cultural de los micropueblos catalanes llevando jazz, soul, folk o rock a estos municipios. De ahí se exportó a la Comunitat Valenciana gracias a Juan Benages y más tarde a Castilla-La Mancha a través de la Fundación Los Maestros, patrocinadores de este encuentro en Cuenca junto a la Cátedra de Despoblación de la Universidad de Cuenca.
Marco Antonio de la Ossa, profesor de la Universidad, repasó el concepto de ‘festival’ y su consecuencia, “la festivalitis”, y cómo todo ello encaja en un entorno rural, donde la celebración de estos encuentros, lejos de la masificación, son una oportunidad económica y social para estos pueblos. Mientras, la técnica de Turismo en la Oficina Antidespoblación de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, Raquel Gómez, abordó la idiosincrasia propia de la C. Valenciana donde la diferencia entre costa e interior es absoluta. Con solo una hora de distancia, la desigualdad en el acceso a la cultura en un pueblo o en una ciudad es total. “Hay que redirigir la mirada y ver en la cultura un atractivo e imán para generar otras actividades y negocios, que aportarán impuestos, y atraerán a gente a vivir allí que rehabilitarán sus viviendas”, explicó Gómez.
En el mismo sentido, apuntó que la cultura “rellena las brechas que se han creado y contrarresta la sensación de aislamiento de estos municipios, pero llevar cultura hasta allí implica una gobernanza colaborativa: hay que contar con los pueblos”, dijo, en referencia a los planes o proyectos teledirigidos desde Administraciones más grandes que poco o nada conocen la realidad de los municipios rurales.
En esta misma línea intervino el presidente de la Asociación de Micropueblos de Cataluña, Mario Urrea, quien pidió normativas propias para los pueblos porque “no se puede tratar igual a una ciudad que a un micropueblo, no nos sirven las leyes de urbanismo, por ejemplo, relativas a zonas verdes, porque nosotros tenemos bosques”, dijo.
Para Urrea, la clave no es ni la despoblación ni la repoblación, sino encontrar el equilibrio territorial, y de ahí nace el Proyecto HAMS: ‘Habitatge, Activitat econòmica, Mobilitat i Serveis’. “Sin vivienda y actividad económica no tenemos nada que hacer, por eso la gente emigró en los años 60, y la movilidad debe ser física pero también digital, así como los servicios, donde la cultura es uno de ellos”, reivindicó Urrea.
Otra de las claves las dio el presidente de la asociación de Micropueblos. Hay que aprovechar las potencialidades de cada territorio: “Si tiene bosque, generar ahí el dinamismo, pero no podemos apostar por cosas que no tenemos”, zanjó.
Y recogiendo este guante, la intervención del presidente de la Fundación DEARTE, Miquel Tugores, mallorquín de nacimiento, madrileño de adopción y soriano de vocación, explicó cómo ha convertido a Medinaceli –“la ciudad del Cielo”- en un epicentro de arte en la provincia de Soria.
Un palacio abandonado convertido en museo
Convirtió el Palacio Ducal en una sala de exposiciones de arte, en su amplio sentido: el plástico, pero también acoge teatro o la música. “Tratamos de generar turismo a través de la rehabilitación de este palacio para generar dinamismo y es una idea exportable al resto de municipios”, explicó.
Así nació el Festival de Ópera de Medinaceli, las exposiciones de arte contemporáneo, el Festival de Música Internacional de Canto, el de Cine, el de Fotografía o el de Folk. Y aún fue más allá: a través de una inversión de ocho socios se compró y rehabilitó un palacete donde se fundó el Museo Erótico, único en toda la autonomía.
El foro Itinera Iberia celebrado desde el miércoles en la serranía de Cuenca ha concluido, pero ha dado paso a algo mejor: una nueva edición de este festival que suple la carencia multicultural de estos municipios allá donde la Administración y sus servicios no siempre llegan.
Cierre de edición con más música
Una vez concluido el foro conquense, Itinera no se marcha a casa: da los primeros pasos de la que será su edición de 2024, prevista para arrancar en abril. Sin embargo, entre hoy y mañana se celebrarán seis conciertos en Valltores (Zaragoza), Titaguas (Valencia), Vallbona de les Monges (Lleida), Villamantilla (Madrid) y Aguilar de Campoo (Palencia).