Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) han finalizado sin acuerdo su reunión sobre las nuevas reglas fiscales que limitan el déficit y la deuda a pesar de haber conseguido «avances» y retomarán mañana sus contactos, aunque sin visos de lograr todavía un pacto.

Varias fuentes consultadas por EFE coinciden en señalar que se han conseguido «buenos avances» en las casi ocho horas de negociación de esta noche y los Veintisiete están «cerca» del acuerdo, pero todavía es necesario seguir «trabajando» para cerrar el expediente.

Otras fuentes añaden que son necesarias «consultas» tanto desde el punto de vista político como legal, así como que la presidencia española «reflexionará mañana sobre cómo proceder», sin descartar una reunión extraordinaria antes de que acabe el año para intentar el acuerdo.

«Hemos ido todo lo lejos que hemos podido hoy. Seguiremos trabajando en los próximos días», señalan fuentes diplomáticas, que recuerdan que se trata de una «negociación compleja» y que existe «voluntad en la mesa de cerrar un acuerdo».

«Los principales elementos para un acuerdo están ahí, se necesitan trabajos finales sobre el texto y la calibración legal», añaden

Las discrepancias que todavía existen entre los Estados miembros han obligado, por tanto, a finalizar unas discusiones que ya se preveían complicadas al inicio de la jornada a pesar incluso de que la idea inicial era trabajar durante toda la noche en busca de un pacto.

El encuentro, cuyo único objetivo era desencallar la reforma del Pacto de Estabilidad, comenzó sobre las 19:30 horas del jueves y durante toda la noche se han sucedido varias rondas de debates con los Veintisiete en la sala, separadas por pausas en las que se sucedían los contactos a nivel bilateral y en grupo.

Durante todo este tiempo, la delegación española encabezada por la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha ido modificando el texto de compromiso que planteó al inicio de la jornada con el objetivo de acercar las posturas de las capitales.

La gran dificultad radica en conjugar las posiciones de Alemania y Francia, especialmente sobre el ritmo de reducción del déficit que se exigirá a los países con un desfase entre sus gastos y sus ingresos superior al 3 % del PIB.

París y Berlín están de acuerdo en que los socios que se encuentren en esta situación tendrán que acometer un ajuste en el déficit estructural equivalente al 0,5 % del PIB. La diferencia es que Francia quiere incluir una flexibilidad adicional que permita reducir este esfuerzo al 0,3 % si el país se compromete a realizar una serie de inversiones y reformas, algo que rechaza Alemania.

Por otro lado, el documento español recoge la demanda de Berlín de exigir un recorte anual mínimo de la deuda de un punto porcentual para los países más endeudados y también de establecer el objetivo de reducir el déficit hasta el 1,5 % del PIB incluso aunque el desfase se sitúe por debajo del 3 % que fijan los Tratados.

Además, Italia sigue exigiendo que este ajuste se mida con el déficit estructural primario, que excluye del cálculo los intereses de la deuda, y además quiere garantizar que las inversiones en defensa tienen un trato especial en el nuevo marco presupuestario y que cumplir con los compromisos de los planes nacionales de recuperación asegura una extensión del periodo de ajuste.