Detrás del meritorio octavo puesto del grancanario Javier Rodríguez en su debut en el Mundial de Bajas se esconde una odisea que pone más en valor si cabe su gesta: llevar la bandera canaria hasta el top 10 del exigente certamen. A diferencia del Campeonato del Mundo de Rallys, este es menos extenso en cuanto al número de pruebas, pero mucho más largo en cuanto a los tramos cronometrados y a los enlaces entre las especiales, que obligan al piloto a estar «concentrado en modo carrera durante más de tres horas».