Los ministros de Economía de los Veintisiete han alcanzado este viernes un acuerdo político para designar a Nadia Calviño como nueva presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), el brazo armado financiero de la UE, gracias al apoyo de Francia y Alemania, los grandes accionistas de la entidad.

La salida de la vicepresidenta primera obliga a Pedro Sánchez a ejecutar una remodelación de su recién formado Gobierno antes de fin de año, ya que el mandato de Calviño en Luxemburgo empieza el 1 de enero de 2024. José Luis Escrivá, David Vegara y Manuel de la Rocha suenan como los principales candidatos para sustituirla en la cartera de Economía.

Calviño se ha impuesto a su gran rival, la liberal danesa Margrethe Vestager, azote de las Big Tech estadounidenses y una estrella en Bruselas. Vestager regresará ahora a su puesto de vicepresidenta ejecutiva de la Comisión y responsable de Competencia, que abandonó temporalmente en septiembre para hacer campaña. Los otros tres candidatos (el italiano Daniele Franco, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros) nunca tuvieron ninguna opción.

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De hecho, el nombramiento de Calviño -inicialmente previso para el Ecofin de Santiago de Compostela en septiembre- se ha retrasado hasta el último minuto por la negativa del resto de candidatos a retirarse. Además, Berlín y París han esperado hasta el final para posicionarse. De hecho, el francés Bruno Le Maire sólo ha apoyado públicamente a la vicepresidenta por primera vez este mismo viernes.

En un intento de forzar la decisión, el ministro de Finanzas belga, Vincent Van Peteghem, que ha dirigido el procedimiento en su calidad de presidente del Consejo de Gobernadores del BEI, lanzó el viernes pasado un procedimiento de silencio con Calviño como única candidata.

El único país que presentó objeciones fue Italia. El Gobierno de Giorgia Meloni ya había filtrado a la agencia Bloomberg que si su aspirante caía derrotado apoyaría a Vestager y no a Calviño. Pero el rechazo de Roma (que es el tercer gran accionista del BEI, al mismo nivel que Francia y Alemania, con el 18,8% del capital) no ha sido suficiente para detener a la vicepresidenta primera.

Para alcanzar la presidencia del BEI se requiere una exigente mayoría cualificada del 68% del capital del banco y de al menos 18 Estados miembros. Tras el acuerdo político del Ecofin, la elección de Calviño deberá formalizarse en los propios órganos del Banco, el Consejo de Gobernadores y el Comité de Dirección, algo que se espera que suceda en cuestión de días.

La vicepresidenta primera ha logrado triunfar al tercer intento de alcanzar un alto cargo internacional. Aunque también era la favorita, Calviño cayó derrotada ante el irlandés Paschal Donohoe para la presidencia del Eurogrupo en julio de 2020. Tampoco salió adelante su candidatura para ser directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Calviño sucederá en el cargo al alemán Werner Hoyer para un mandato de 6 añosTendrá un salario de alrededor de 370.000 euros al año, el mismo que el de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. La vicepresidenta primera sostiene que la importancia del BEI aumentará en los próximos años por el actual entorno de altos tipos de interés y las crecientes necesidades de inversión que tiene la UE en la doble transición digital y verde, así como en la reconstrucción de Ucrania.