«Es como si hubieran matado a todos los niños de mi ciudad, Petrer (Alicante). ¿Nos podemos imaginar eso? ¿Cómo podemos normalizar eso?». Estas son las desgarradoras palabras de Nasrin Krayem, una vecina de Petrer que hace unas semanas acogía a su padre Kamel, a su mujer Dalal y a su hermano Basem, de 11 años, después de huir de la guerra en la Franja de Gaza.

La historia de esta familia es única en toda la provincia de Alicante, donde han llegado como parte de un contingente de 143 personas que huyeron del conflicto en Gaza para ponerse a salvo en España. La familia Krayem es especial porque el Kamel, el padre de familia, tiene doble nacionalidad palestino-española, habiendo vivido y trabajado en España durante más de dos décadas.

La cruda realidad de la guerra en Gaza se refleja en las palabras de Kamel Krayem, quien describe los bombardeos constantes que enfrentaron antes de lograr salir. «Bombardeos todos los días y todas las noches en Gaza, no se puede dormir», relata. Después de arduas gestiones con el consulado y días de espera en Egipto, finalmente fueron trasladados a España. «Primero salimos de Gaza andando hasta la zona que dicen que es segura y en la que ya no hay bombardeos. Una vez allí, en Jan Yunis, estuvimos cinco días esperando para salir, los primeros en ser evacuados fueron los americanos y los últimos, los españoles. Nos llevaron a El Cairo y desde allí un avión nos llevó a España».

La familia pudo establecerse en Alicante, específicamente en Petrer, donde reside desde hace más de diez años Narsin, hija de Kamel. Allí Basem, el hijo de 11 años, podrá celebrar su cumpleaños la próxima semana en medio de esta nueva realidad, «es un chico afortunado», afirma su padre. «En Gaza la gente está en la calle, les están disparando y bombardeando las casas. Todo está bombardeado ahora en Gaza».

Sin embargo, no todos han corrido esta fortuna. «Mi hermano, por ejemplo, era informático, tenía su trabajo, su casa, su vida, como nosotros. Le han derribado su casa por las bombas, lo ha perdido todo«, lamenta Nasrin. «Ha perdido su trabajo y se ha quedado sin nada, tiene hijos pequeños que necesitan ir al colegio, atención sanitaria y que no están teniendo ninguna protección ni ninguna cobertura».

Además, destaca la difícil situación de los niños en Gaza, sin acceso a educación, atención médica ni cobertura. «No está justificado que tengan a la población civil, a los niños y a la gente inocente y que no tiene ninguna responsabilidad sobre lo que ocurrió en Israel el pasado 7 de octubre. Están sin agua, sin comida, sin atención sanitaria…Les están desplazando del norte al sur, no respetan las zonas en la que los civiles pueden estar protegidos. Es totalmente injusto, es una impotencia y una rabia tremenda. Un estado que siembra el terror no va a acabar con el terrorismo, están rompiendo vidas».

Mientras contaban su testimonio, el móvil de Kamel sonó: su hermano desde Gaza. La devastación era palpable en las palabras de Kamel, su hermano no puede contactar mucho con ellos, a penas una vez al día, cuando lo permite la escasa cobertura de la zona. «Mi hermano perdió su casa hace diez días, una casa preciosa que le ha costa mucho esfuerzo levantar. Ahora le han destrozado la vida a él y a sus cinco hijos, que están en la calle y no tienen donde refugiarse».

De izquierda a derecha, Dalal, Kamel, Basem y Nasrin, tres de los refugiados palestinos llegados a Petrer. ÁXEL ÁLVAREZ


Sin respuesta de la administración

La familia Krayem, proveniente de la Franja de Gazay las más de 100 personas que han llegado repatriadas, se enfrentan una difícil transición en España después de escapar de la guerra en su país. A pesar de llegar como «españoles repatriados», se encuentran en un limbo burocrático que dificulta su acceso a medidas de ayuda específicas.

El gobierno español no ha establecido protocolos claros para aquellos que retornan directamente de zonas en conflicto. Kamel, su esposa Dalal y su hijo Basem, de 11 años, llegaron con lo puesto, sin la posibilidad de empadronarse o solicitar prestaciones. «Lo que nos dicen desde el Gobierno es que no hay medidas específicas de ayuda para ellos y les equiparan a españoles que han vuelto en una situación diferente», explica Nasrin Krayem.

«Estamos hablando de muchas familias, que la mitad de los niños tienen que escolarizarse y que no pueden porque no están empadronados en ninguna parte. Ni siquiera pueden pedir una prestación, tienen que regularizar su documentación y su situación administrativa en España, pero ahora mismo la administración de Gaza es inexistente y no se le puede reclamar ningún justificante de nada», señala Nasrin Krayem.

Cruz Roja, encargada de brindar asistencia, señala que están a la espera de que el ministerio resuelva la situación, ya que las medidas comunicadas hasta ahora son inservibles. «Se sienten desamparados, no es la acogida que esperábamos después de estar cinco semanas esperando a que les repatriaran».

Muchos de los que llegaron en ese vuelo junto a la familia Krayem no cuentan ya con lazos familiares en España, por lo que han sido alojados en varios centros de internamiento repartidos entre Badajoz, Asturias y País Vasco. «Hay unas 60 personas ahora mismo en Badajoz, entre ellos siete de nuestros familiares, ahora mismo en mi piso no cabemos diez personas y necesitamos que se pongan recursos para que todos ellos puedan tener una vida digna y reencontrarse con sus familias», indica Krayem.

Nasrin Krayem destaca la falta de medidas emocionales y la necesidad de recursos para facilitar la integración y el reencuentro con sus familias. «No se trata solamente de cubrir las necesidades básicas de tener alojamiento y manutención, hay que pensar en la falta que les hace a unas personas que han huido de la guerra que se cubran sus necesidades emocionalestodos necesitan estar con sus familias».

La llamada a la acción es clara: es urgente establecer medidas específicas y efectivas para garantizar una transición digna para quienes huyen del horror de la guerra en la Franja de Gaza. «Hay que tomar cartas en el asunto, el Gobierno no puede quedarse de espaldas a esta situación».