Han colocado ya a Buenafuente en el lugar que le corresponde , es decir, en la programación de TV3 (programa ‘Vosaltres mateixos’). Estoy de acuerdo. Tenerlo encerrado únicamente en el patio trasero, en la ‘plataforma en streaming 3cat’, era un desperdicio, dada la categoría del ‘showman’, y dado el presupuesto de esta tanda de programas, 1.273.837,81 euros, según publica como monto total el Portal de Transparencia.
Estos programas, de una hora de duración, son básicamente un largo monólogo. Él siempre trabaja bien esta cuerda del ‘charlismo’ irónico, como solía decir el gran Godoy. El otro día, habló de lo evanescente que es eso de la popularidad televisiva. Contó que en cierta ocasión una señora le dijo: «Soy tu fan número uno, pero no me acuerdo de tu nombre», y que al cabo de un momento aquella ‘fan’ hizo memoria y exclamó: «¡Ya lo tengo! ¡Eres Arturo!». O sea que aquella dama a lo mejor confundió a Artur Mas con Buenafuente.
Demostró el ‘showman’ con esta anécdota que la tele vuelca en nuestro cerebro una papilla de nombres, como huevos revueltos con champiñones. Y los televidentes acabamos por no saber quién es el huevo ni quién el champiñón. Suele incrustar también Buenafuente alguna pincelada para hacerse notar en los ambientes de la ‘colla pessigolla’ del ‘procés’. Dijo, por ejemplo, que él ya no viaja al extranjero porque es aquí donde tenemos lo más portentoso. Añadió: «En Inglaterra tienen un Rey, pero en España hay dos». Risas en el plató. Le faltó añadir que en Cataluña también tenemos dos ‘presidents’: uno en la Generalitat y otro en Waterloo. Pero no se atrevió. ¡Ah! Alguien debería avisar a Buenafuente y explicarle que Vicent Sanchis ya no dirige TV3.
En casa nos gustó mucho cuando Silvia Abril apareció de pronto. Esta actriz y humorista siempre nos transmite muy buen rollo. Contó el día que Buenafuente se enamoró de ella. Fue en A-3TV en 2006. Ella interpretaba su célebre papel de ‘niña de Shrek’, y en vista de que aquella noche Buenafuente tenía un subidón de testosterona, ella se levantó la falda totalmente y le mostró la viva estampa de sus bragas en todo su esplendor. «¡Qué pequeñas!», exclamó maravillado Buenafuente. A partir de ahí, 16 años de feliz matrimonio les contemplan. Las criaturas de la tele, a pesar de estar en una jaula, a veces viven momentos muy hermosos.