El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha invocado el Artículo 99 de la Carta de la ONU, alertando así al Consejo de Seguridad de la situación humanitaria en Oriente Próximo e instando al órgano a «presionar por» evitar una catástrofe humanitaria, y reiterando una vez más su llamado a un alto el fuego entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Esta es la primera ocasión en que Guterres, máximo representante de la ONU desde 2017, convoca el Artículo 99, que apunta que «el secretario general podrá llamar la atención del Consejo de Seguridad hacia cualquier asunto que en su opinión pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales».
«Insto a los miembros del Consejo de Seguridad a que presionen para evitar una catástrofe humanitaria. Reitero mi llamamiento para que se declare un alto el fuego humanitario. Es urgente. La población civil debe ser salvada de un daño mayor», ha destacado el secretario general en una misiva publicada por la ONU.
Asimismo, Guterres ha aprovechado esta carta no solo para denunciar la situación humanitaria y los miles de muertos en los apenas 60 días de conflicto, sino también para poner de relieve el colapso del sistema sanitario en el enclave palestino. «Los hospitales se han convertido en campos de batalla», señala.
«Solo 14 de los 36 hospitales funcionan siquiera parcialmente. Los dos principales hospitales del sur de Gaza funcionan al tripe de su capacidad de camas y se están quedando sin suministros básicos y sin combustible. También albergan a miles de personas desplazadas», ha relatado Guterres.
«En medio de los constantes bombardeos de las Fuerzas de Defensa de Israel, y sin refugio o lo esencial para vivir, pronostico que el orden público se romperá completamente debido a las condiciones desesperadas, haciendo que incluso la asistencia humanitaria limitada sea imposible de entregar», ha vaticinado.
Hamás lanzó el 7 de octubre un ataque sin precedentes contra territorio israelí, dejando un balance de casi 1.200 muertos y otros 240 rehenes, parte de ellos ya liberados. El Ejército israelí, por su parte, puso en marcha una cruenta contraofensiva contra las estructuras de la milicia palestina en el norte de la Franja de Gaza.
Hasta el momento, las autoridades gazatíes han confirmado la muerte de más de 16.200 personas, la mayoría de ellos mujeres y niños. La situación humanitaria en el enclave empeora a medida que aumentan los ataques israelíes y los convoyes con suministros y combustible cruzan la frontera con cuentagotas.