Cantante, celebrity, boxeador, showman… Omar Montes ha sido siempre ese alumno adelantado que ha sabido destacar en cualquiera de las disciplinas en las que se ha propuesto participar. A pesar de su aparente personalidad ingenua y superficial, en su ejemplo caben todos esos clichés que solemos asociar con el tópico del «hombre hecho a sí mismo».
Su éxito es innegable y la ascensión social de este chico de barrio que ha cambiado su Pan Bendito (Carabanchel) natal, por el lujo de Montepríncipe en Pozuelo de Alarcón, es solo una prueba más de su meteórica trayectoria, tanto a nivel personal como profesional. Montes es un artista que ha sido capaz de construirse un futuro dorado, manteniendo siempre presentes sus humildes orígenes.
Del boxeo a la televisión
La carrera de Omar Montes bien podría ser una película narrando ese «sueño americano» al que nos han acostumbrado desde Hollywood, donde un tipo humilde y sencillo consigue triunfar gracias a una filosofía de esfuerzo, fe y dedicación. Solo que, en este caso, la versión a la española se sirve de un estrellato labrado a base de realities, alguna que otra polémica en el mundo de la farándula, canciones pegadizas y un carácter ostentoso y extrovertido.
Montes creció en las calles de Carabanchel haciéndose primero un nombre en el barrio, llegando a ser campeón de España de boxeo de los pesos Wélter. Consciente de que la fama le tenía un lugar reservado, se pasó a la música en 2015. Sin embargo, el estrellato le llegó tras su participación en Gran Hermano VIP 6 (2018), programa al que llegó para sustituir a su pareja de entonces, Isa Pantoja, más conocida como Chabelita.
Su expulsión del reality, tras incitar a un compañero de la casa a abusar de otra concursante no fue tan censurado, ya que después el cantante se hizo con los 200.000 euros que le acreditaron como ganador de Supervivientes en 2019. De hecho, aunque ya había cortado con su hija, fue en este programa donde consiguió una inimaginable condición de «protegido» de Isabel Pantoja. Su participación en este tipo de realities consiguió que que su popularidad y carisma crecieran de forma prácticamente exponencial al interés del público por su música.
Omar Montes, el artista de masas
Durante estos años, Omar Montes lanzó sus mayores éxitos musicales: La rubia (Remix 2), junto a La Nueva Escuela y su archiconocida Alocao, con Bad Gyal, canción que se mantuvo número 1 en las listas de éxitos durante semanas y con la que consiguieron cuatro discos de platino. Todo esto, acompañado de su primer álbum: «La vida mártir». A partir de entonces, el de Carabanchel ha colaborado con algunos de los artistas más relevantes del género pop y urbano en nuestro país, como Ana Mena, Ñengo Flow, Abraham Mateo o Nicky Jam, convirtiéndose en un referente musical en nuestro país.
«Sin ayuda de discográfias, inversiones ni colaboraciones internacionales. Sólo tienes que creer en tí», afirmó el cantante tras conocerse que en 2020 fue el artista español con más escuchas en Spotify. Tres años después, Omar Montes tocó otra cima, esta vez internacional, protagonizando un Tiny Desk Concert en la radio musical estadounidense NPR, consagrándose como el cuarto español en conseguirlo después de Concha Buika en 2013, Diego El Cigala, en 2015 y C. Tangana, en 2021.
En paralelo a las escuchas y los reconocimientos, el interés mediático por el personaje ha seguido sonriendo a Omar Montes, convirtiéndolo en una estrella multiusos de la televisión, donde lo mismo hace de jurado en un talent como Idol Kids, es asesor en La Voz Senior, colaborador en El Hormiguero, o protagoniza su propia serie documental en En la corte del Principito para Amazon Prime Video. Sin olvidar que en Cuatro ha llegado a tener su propio programa de entrevistas, Montes y cía, donde firmó cinco entregas.
Tantas son las facetas del cantante de Alocao, que ha llegado incluso a trabajar como modelo de pasarela para la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada en la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid.
De Carabanchel a Montepríncipe
El de Pan Bendito siempre ha defendido su autenticidad por encima de todo, construyendo sobre esta imagen la base de su éxito. Por otro lado, su simpleza resulta a veces tan exagerada que muchos han entendido este papel de «ingenuo» como una forma de protegerse y, al mismo tiempo, mantener su simpatía de cara a los medios.
Omar Montes siempre ha llevado el orgullo de barrio como bandera, llegando a convertirse en un auténtico héroe durante la pandemia, cuando se dedicó a repartir comida entre sus vecinos. Un gesto altruista que fue aplaudido por todo el mundo en un momento complicado y lo convirtió en un ejemplo de solidaridad.
Sin embargo, a pesar del amor que profesa por las calles que lo vieron crecer, la estrella en la que se ha convertido ha cambiado el asfalto de Carabanchel por los jardines de Montepríncipe. Montes se mudó el año pasado con toda su familia a una de las urbanizaciones más lujosas de la capital, a las afueras, en Pozuelo de Alarcón. «Es una villa grande, con todos los lujos, porque en Pan Bendito hace mucho calor. Mis abuelos están flipando con la casa, he invertido todos mis ahorros«, confesó Omar en su última visita al programa de Pablo Motos, reconociendo que se había gastado algo más de cuatro millones de euros en la nueva residencia familiar.
Allí, el artista y su familia comparten vecindario con altos directivos, empresarios de éxito, deportistas de élite y famosos varios, en la tranquilidad y la comodidad de una de las ubicaciones más exclusivas del país. Un cambio radical en su vida, que el Omar Montes ha reconocido que le entristece un poco, por su estrecha vinculación con su barrio. “Me da pena marcharme al otro lado. Entre semana sigo en Pan Bendito”, explicó entonces.
Y ese camino entre Carabanchel y Montepríncipe es el que realiza el artista prácticamente a diario para mantener la relación con sus raíces. En concreto, aunque sean varios los caros coches que guarda Omar Montes en su garaje, suele realizar este trayecto en un Mercedes CLA deportivo en color dorado con efecto cromado, con el que rara vez pasa desapercibido. Un automóvil que él mismo ha definido como «un lingote tamaño XXL«. Ejemplo del tipo de lujo vistoso y llamativo que, seguramente, horrorizará a sus nuevos vecinos, pero al mismo tiempo enorgullece a aquellos que lo vieron salir desde abajo y ahora lo ven brillar.