El arranque de las negociaciones entre el PSOE y Junts han estado rodeadas de máximo secretismo. Un ambiente que ha desatado los nervios en el PSOE. Critican que la discreción en las conversaciones no debe significar, en ningún caso, opacidad. Dirigentes del partido, a todos los niveles, reclaman la mayor transparencia posible.
PSOE y Junts han dado comienzo a las reuniones mensuales que van a mantener a lo largo de toda la legislatura para negociar los dos temas clave que acordaron en el pacto de investidura: el “reconocimiento nacional” de Cataluña y la ampliación del autogobierno de la Generalitat.
De momento, la primera cita, que tuvo lugar en Ginebra (Suiza) el pasado sábado, se ha celebrado bajo un total secretismo. Solo se ha dado a conocer a la figura que ejercerá de mediador en las negociaciones: el diplomático salvadoreño Francisco Galindo Vélez será quien coordinará “el mecanismo internacional que forma parte del acuerdo”.
Nada más se ha conocido. Ni el lugar concreto del encuentro, ni los temas que se abordaron. Trascendió únicamente durante la misma jornada del sábado que la reunión había arrancado pasadas las 10 de la mañana y concluyó a media tarde.
“Una organización clandestina”
Según ha podido saber Confidencial Digital por varios dirigentes socialistas, el secretismo de los encuentros con Junts ha desatado las alarmas en el PSOE.
Consideran que la escenificación demandada por Puigdemont al número tres de los socialistas “parece equiparar al PSOE con una organización clandestina en el exilio”. Concluyen que, si bien la estrategia de Junts se entiende perfectamente desde el nacionalismo, “el PSOE necesita un relato democrático que entienda toda España”.
No entienden que se escondan
Recuerdan que la polémica proposición de ley de amnistía se presentó con claridad y detalle y el resto de los asuntos a negociar están en el pacto ya hecho público. “Nada explica, pues, el secretismo que está rodeando los siguientes pasos”, protesta un veterano dirigente del PSOE contra la estrategia de Moncloa y Ferraz.
Consideran que, si el Gobierno de Pedro Sánchez pretende salir indemne de la decisión de pactar una amnistía a los líderes del ‘procès’ para lograr su apoyo parlamentario, “la peor estrategia es negociar los detalles del acuerdo político que alumbró la ley con opacidad, en el extranjero y bajo la mirada de un verificador internacional”.
“Puigdemont ya ha sido reconocido como interlocutor válido por el PSOE. La ley de amnistía ya se está tramitando. Sánchez ya es presidente. La escenificación de opacos contactos en el extranjero y con verificadores internacionales es una sobreactuación innecesaria”, se queja un dirigente territorial, que es incluso cercano a Sánchez.
Se cuestiona la credibilidad del Estado
Los dirigentes socialistas consultados por ECD se quejan de que la realidad es que la figura del verificador internacional, impuesta por Junts, “es una forma de cuestionar la credibilidad del PSOE y con él, la del Estado”
Defienden que los partidos españoles no necesitan verse en el extranjero, especialmente si tienen representación en el Parlamento, como es el caso de Junts, e importantes responsabilidades en distintas instituciones, empezando por el Gobierno de España. “En democracia las formas son el fondo”, añaden.
“Tampoco se necesita para una reunión rutinaria la presencia de un verificador internacional”, asegura un ex presidente autonómico socialista. “Las negociaciones secretas alientan todo tipo de especulaciones”, afirma otro alto cargo del PSOE consultado.
Santos Cerdán no facilita
Al final de la reunión, Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE y negociador, se limitó a afirmar que el encuentro “ha ido bien”, sin concretar nada más. “Ha ido bien, ha sido una reunión de trabajo”, señaló a la carrera desde el aeropuerto de Ginebra.
Cerdán también precisó que este año ya no se celebrará ninguna reunión más: cabe recordar que la periodicidad pactada entre ambos partidos es mensual, por lo que el encuentro del pasado sábado cumple con el del mes de diciembre.
En una nota de prensa posterior, Junts y PSOE coincidieron en señalar que la reunión se desarrolló en “un ambiente cordial y de trabajo, y se ha continuado avanzando”.
Los temas ya son públicos
Dirigentes del PSOE recuerdan a ECD que los dos temas que se van a tratar en las negociaciones están pactados en el acuerdo de investidura. “No hay necesidad ahora de esconderse”, insisten. En este sentido, respecto al “reconocimiento nacional” de Cataluña, Junts plantea “la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Cataluña amparado en el artículo 92 de la Constitución”.
En cambio, el PSOE defiende “el amplio desarrollo, a través de los mecanismos jurídicos oportunos, del Estatut de 2006, así como el pleno despliegue y el respeto a las instituciones del autogobierno y a la singularidad institucional, cultural y lingüística de Cataluña”.
Respecto al autogobierno, el partido de Puigdemont plantea que se “reconozca la singularidad en la que se organiza el sistema institucional de la Generalitat y que facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en Cataluña”.
Sin embargo, los socialistas apuestan por “medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Cataluña, así como un diálogo singular sobre el impacto del actual modelo de financiación sobre Cataluña”.
“¿No íbamos a explicar las cosas?”
“¿No íbamos a ser el Gobierno que explicaría todo?”, se pregunta en tono irónico un diputado del PSOE.
“Un equipo de alto perfil político para una legislatura de alto perfil político”, dijo Sánchez desde la escalinata del Palacio de la Moncloa para presentar a sus nuevos ministros. Una frase que completó con la clave comunicativa: “Personas capaces de gestionar, pero también de llegar a acuerdos y de explicarlos públicamente”.
El presidente quería acallar algunas críticas internas, molestas en alguna ocasión por su gestión comunicativa. “Teníamos a los medios preguntándonos por la amnistía y no habíamos recibido nada de información por parte de la dirección”, se quejaba hace semanas uno de los barones del PSOE.
Primeros efectos de la amnistía
En el PSOE tampoco se pasa por alto que los efectos electorales de la ley de amnistía ya se están dejando sentir en las encuestas. Por primera vez desde las elecciones generales del 23-J, la suma de PP y Vox daría ahora al bloque de la derecha la mayoría absoluta si se convocase una nueva cita con las urnas, votación, según el barómetro 40dB para El País y la Cadena SER,
El sondeo, realizado mediante 2.000 entrevistas online, recoge que el Partido Popular lograría diez escaños más respecto a los comicios anteriores y, con el 35% de los votos, alcanzaría los 147; mientras que Vox, con el 11,5% de los votos y tres asientos menos, se quedaría en 30.
En total, con el escaño que obtendría UPN, el bloque de derechas se quedaría dos escaños por encima de la mayoría absoluta: un total de 178 diputados.
Por su parte el PSOE, con el 30,5% de los sufragios, bajaría hasta los 119 diputados -dos menos que en las elecciones del 23-J- y Sumar perdería un total de seis escaños: de los 31 representantes de ahora, se quedaría en 25 y el 11,3% de los votos.