El choque se ha vuelto a repetir entre la Comunidad de Madrid y el Ejecutivo central en la conmemoración de la Constitución de Madrid. El delegado del Gobierno, Francisco Martín, ha llegado a la Real Casa de Correos con intención de no dejar pasar la crisis abierta la semana pasada, cuando la presidenta del Gobierno regional, Isabel Díaz Ayuso, advirtió de que no invitaría a los ministros del Gobierno a los próximos actos de la región tras no haber sido invitada por el equipo de Pedro Sánchez a la inauguración del AVE Madrid-Asturias. Martín ha reprochado a Ayuso no haber contado con la Delegación, como ha sido tradicional hasta ahora, ha pedido que se retome «la organición conjunta» y ha aprovechado para dejar en evidencia a la Comunidad de Madrid por los problemas de desigualdad social de la región, asunto sobre el que ha incidido varias veces. La respuesta de la presidenta no se ha hecho esperar.
Ayuso, visiblemente molesta, ha reconocido los cambios en la organización del acto y no ha dudado en ironizar y vincularlo a la actualidad política y las diferencias con las que se miden los eventos celebrados en Madrid y en otras regiones concretas del Estado: «Este evento, con un nuevo formato, donde queremos dar participación a los jóvenes, a la sociedad civil y apersonas de reconocido prestigio, en una invitación como siempre tan diversa como es el protocolo que les he anunciado, y que espero que otras regiones de España celebren con la presencia de representantes del Gobierno. Mucho más me gustaría que se realizara en otras Comunidades Autónomas, como el País Vasco o Cataluña. Nada me gustaría mas».
Sin acuerdo en la renovación del CGPJ
Unos minutos antes, Martín responsabilizaba a la dirigente madrileña, metiendo a Pedro Sánchez en la ecuación, de la crispación de los últimos días: «Centrémonos más en coser las brechas reales y menos en abrir nuevas heridas. Defender la Constitución, y hago mías las palabras del presidente del Gobierno, es no responder al insulto con más insulto; al ruido, con más ruido; y a la bronca con más bronca». Y al PP de ser culpable de la única parte de la Constitución que no se cumple hoy en día, «la renovación del CGPJ».
Las palabras pidiendo concordia y recordando la «reconciliación» entre españoles que supuso la Constitución no han acompañaddo a la puesta escena. La institucionalidad del acto no ha quedado reflejada en los aplausos, donde quienes ovacionaban al delegado del Gobierno no lo hacían con la presidenta regional y viceversa. «Presidenta, sabe de mi firme voluntad de recuperar unas relaciones institucionales cordiales y colaborativas», señalaba al inicio del acto Martín. «Trabajemos en ello desde hoy mismo y podremos verlo plasmado, ante esta misma audiencia. O, mejor dicho, de nuevo ante una audiencia que vuelva a ser mucho más amplia y diversa. Retomemos la organización conjunta de este importante acto institucional. Será una magnífica señal». La señal no ha llegado.
Antes de que Ayuso recordara las palabras de Felipe González en presencia de Martín, «la amnistía no es perdonar, es pedir perdón a los que cometieron los delitos”.«, el delegado del Gobierno ha arremetido, con alusión directa a Ayuso, contra las políticas del Gobierno madrileño por las desigualdades que el PP ha generado durante sus años dirigiendo la región. Y ha aprovechado para ensalzar la apuesta del Ejecutivo central por las políticas sociales. «Presidenta, son muchos los retos a los que nuestra región debe hacer frente. Algunos son compartidos con el resto de España (…). Pero otros tienen especial acento madrileño, como el difícil acceso a la vivienda o la alta desigualdad económica y social. Tenga por seguro que el compromiso del Gobierno de España con la Comunidad de Madrid para afrontar estos retos, es y seguirá siendo firme. No quiero olvidarme de una dolorosa y ocultada realidad. Miles de personas se encuentran marginadas y privadas de las condiciones básicas para una vida digna en la Comunidad de Madrid. El caso más extremo está en la Cañada Real».
El «muro»
En el discurso de la presidenta, sin alusiones directas ni a Sánchez ni al delegado del Gobierno, sí ha sobrevolado la animadversión por los últimos pactos del Ejecutivo central con los independentistas y las referencias de Sánchez al «muro» que levantaría frente a la extrema derecha: «La Constitución derribó los muros levantados en el pasado mediante el fanatismo, enemigo de lo que somos y defendemos los ciudadanos de Madrid. Y la Constitución tiene que seguir siendo el dique de contención frente a quien nos quiere separar.
A pesar de lo visto hoy y estos días atrás, Ayuso ha señalado que la Comunidad de Madrid «es concordia, respeto y pluralismo». Pero ha advertido, una vez más, de los peligros que para ella suponen las decisiones de Sánchez: «Atravesamos un momento muy complicado. De nuevo, unas minorías, por conveniencia o ceguera, alimentan el resentimiento y ponen en peligro esta España constitucional de todos».