Pasan los partidos, siguen sin llegar las victorias y el discurso de Javier Aguirre no varía. El técnico mexicano del RCD Mallorca, señalado por la afición al final del encuentro ante el Alavés (0-0), ha afirmado estar tranquilo sobre su futuro en el banquillo bermellón. «No es fácil estar como estamos, pero no bajamos los brazos. Seguiré aquí hasta que me lo permitan. Yo estoy bien, nos faltan unos puntos más», ha apuntado.
El preparador mexicano ha reconocido que la primera parte del conjunto bermellón ha sido díficil de explicar. «Estábamos muy atenazados, no dábamos tres pases seguidos y permitimos al rival apropiarse del balón. En el descanso hablamos fuerte y en la segunda fuimos un equipo reconocible que buscó la victoria. Y lo que nos ha condenado todas las semanas, ser más eficaz en el área», ha lamentado.
«La primera parte de Amath era para matarlo. Y la segunda es muy buena. Son de esas cosas que a veces como técnico terminar por sorprenderte. Faltó tranquilidad, les vi demasiado preocupados, con cierto nerviosismo. Hubo ocasiones atacando que Gio y Amath, estando cerca del área rival, la pelota acababa en Rajkovic, no lo entendía. Amath en los entrenamientos es un crack. Y en vez de ir a por él iba para atrás. Eso me invita a pensar que están tensos. El equipo se liberó en la segunda. ¿Qué es lo peor que puede pasar?, ¿Perder? Pues perdemos», ha añadido.
Aguirre ha explicado por qué Larin ha comenzado desde el banquillo, apostando solo por un delantero centro. «A Larin no le he visto durante la semana para noventa minutos. Sus métricas, su dinámica… Estaba para ser recambio. Lo iba a meter en la primera parte, pero me parecía una falta de respeto cambiar a Amath en el minuto 30, que era el cambio lógico», ha explicado.
El Mallorca no gana en casa desde el 4 de junio de la temporada pasada. «No creo que sea un hándicap jugar en casa. Este aliento de la gente te lleva en volandas. A Larin nunca le había visto hacer gestos a la grada para animarles. Me he hecho esa pregunta. Preferimos jugar aquí«, ha afirmado Aguirre.
El técnico de Ciudad de México ha aceptado los silbidos que buena parte de los aficionados del Mallorca han realizado al final del partido. «El público es soberano. Y llevo 60 partidos aquí, 30 en casa, y que solo te silben en uno no está mal. La gente puede hacer lo que quiere porque paga. Si la gente silba es porque tiene derecho y tendrá razón seguramente», ha concluido.