Días después de que el equipo de gobierno de Elche, de PP y Vox, anunciase un cambio en el proyecto del Paseo de Germanías para incluir una fuente, y tras encargarse un informe para proteger la Cruz de los Caídos, el historiador Miguel Ors, preguntado por este diario, también se ha posicionado sobre el devenir del polémico símbolo de origen franquista. Ors defiende la preservación de la Cruz «porque tiene un autor que es Santiago Pérez Aracil, eso significa que no se puede destruir». Aún y así, propone que se desplace a otro lugar como el cementerio, «que no es un lugar inadecuado», porque ve que no tendría sentido mantenerla si el paseo de convierte en una «plaza del siglo XXI».

«Delante de esa cruz nunca se rezó, se cantó y se cantó sólo una canción que es el Cara al Sol,

Al hilo, es tajante sobre el posicionamiento político que se ha hecho entorno al monumento: «no puede decirse es que la cruz significa lo que a mi me da la gana que signifique» e insiste en que la cruz se levantó en época franquista por lo que no comparte «que se nos diga que es una cruz del consenso y la reconciliación. Delante de esa cruz nunca se rezó, se cantó y se cantó sólo una canción que es el Cara al Sol, que no nos vengan con historias que no son entendibles».

El historiador también incidió, tras la entrevista realizada por la publicación del último libro que codirige, que además sería necesario un estudio del callejero de la ciudad.

Callejero

Es partidario de crear una comisión «de ocho o diez personas que no tienen por qué ser militantes como Joan Castaño, Gaspar Jaén.., para hacer un trabajo de clarificación del callejero». Entiende que debería buscarse «un consejo de ‘sabios’», como hizo Elda, para analizar por qué hay personas a las que se les retiró una calle y por qué otras la mantienen «y así por lo menos sabes a qué atenerte, sobre todo para no cometer más barbaridades».

Pone ejemplos como el de Ramón Jaén, «que es uno de los ilicitanos más ilustres de la historia del siglo XX que fue profesor en la academia de West Point y en la Universidad de California y le hemos quitado la calle, que ahora es la calle Mayor del Pla. No digo de volver a cambiarla pero podría ponerse una lápida recordando quien era», expone.

Obra del Paseo de Germanías Antonio Amorós


Recuerda otros casos como la calle Comisario, que hoy es Carmelitas. «Se quitó porque pensaban que era un comisario de policía que pasó por aquí, pero no, el comisario era el Comisario de la Inquisición, entonces tú te cargas la historia de algo tan importante en la historia de la ciudad» y lo achaca a un problema «de indocumentación de alguno que tira por delante».

Reivindicación

Al hilo, para el historiador hay calles que deberían cambiar como Salazar Alonso: «No entiendo cómo ha llegado sano y salvo al 2023». Asegura que durante años lleva pidiendo a las distintas corporaciones que se retire la calle «porque es uno de los que contribuyó todo lo que pudo a que la Guerra Civil se produjera, encima era de Extremadura y pasó por aquí porque dio un conferencia en los años veinte a favor de la República».