ING ha publicado sus previsiones para la economía de Estados Unidos (EEUU) de cara a 2024, un año que espera «mucho más débil» que el anterior en el país norteamericano ante la llegada de «una fuerte desaceleración» en su actividad. Además, advierte de que «el repunte posterior probablemente sea más lento de lo esperado».

«Después de un crecimiento estelar del PIB del 5% en el tercer trimestre, la economía estadounidense experimentará un crecimiento más lento, aunque todavía sólido, en el cuarto trimestre, y los ahorros heredados de los hogares ayudarán a mantener el gasto de los consumidores», destaca la firma.

Sin embargo, las preocupaciones llegan con el cambio de año, que previsiblemente vendrá acompañado de una menor actividad «a medida que el estancamiento de los ingresos reales de los hogares y las condiciones crediticias más estrictas lastran, y el exceso de ahorro acumulado durante la era de la pandemia se agota para muchos».

Además, la morosidad en las tarjetas de crédito «está aumentando», mientras que los pagos de préstamos estudiantiles «no hacen más que aumentar la presión financiera sobre millones de hogares». Y esto no es todo, ya que «el colapso de las transacciones inmobiliarias, la falta general de asequibilidad y el desplome del sentimiento de los constructores de viviendas sugieren que la construcción residencial podría debilitarse, mientras que los pedidos de bienes duraderos más débiles apuntan a una desaceleración significativa en el gasto de capital».

«Mientras los bancos siguen cautelosos, las estrictas condiciones monetarias y crediticias significan que el riesgo de recesión es muy real, especialmente cuando la actividad parece débil en otras partes del mundo», valoran.

El sector inmobiliario comercial «también es un área de vulnerabilidad con posibilidades de sufrir importantes pérdidas crediticias, que podrían provocar una reavivación de los problemas observados en el sector de los bancos pequeños a principios de 2023″.

En general, desde ING anticipan que el próximo año «las tensiones en el sector financiero se intensificarán y prolongarán la desaceleración de la economía real».

INFLACIÓN

La nota positiva de cara al curso entrante se encuentra en los precios, ya que desde la firma remarcan que «la inflación ha estado mostrando signos alentadores de moderación», por lo que consideran que «alcanzará el objetivo del 2% en el segundo trimestre del próximo año«. Para que esto se produzca, ING asume que los precios de la gasolina se mantendrán «en sus niveles actuales».

«La inflación de los precios de los bienes es cercana a cero, lo que indica que los problemas en la cadena de suministro han desaparecido, pero la Reserva Federal ha estado enfatizando las medidas súper básicas de la inflación del sector de servicios que excluyen los costos de los alimentos, la energía y también los de la vivienda», detallan.

Afortunadamente, añaden, esta parte «también está respondiendo bien a una política monetaria más estricta, con un crecimiento decente de la productividad y un enfriamiento del crecimiento de los salarios que ayudan a mantener bajo control las presiones inflacionarias».

Ante este contexto, los analistas de la firma consideran que «la vivienda sigue siendo el principal problema, pero la Reserva Federal tiene clara su senda dado que se retrasa entre 10 y 14 meses respecto a los alquileres observados».

«Estos alquileres se están desacelerando drásticamente, y esto significa que los componentes de la vivienda ayudarán a deprimir la inflación básica en alrededor de 1,5 puntos porcentuales durante los próximos dos o tres trimestres», anticipan.

TIPOS DE INTERÉS

Este descenso sostenido de la inflación hasta el 2% proyectado por ING hace que su previsión sobre los tipos de interés incluya ya recortes en el próximo año, que podrían comenzar en mayo.

«La amenaza de recesión, la disminución de las presiones inflacionarias y la perspectiva de un pronunciado debilitamiento del mercado laboral deberían abrir la puerta para que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés a partir de mayo hacia niveles más neutrales«, aseveran.

Incluso si la inflación no cae tan rápido como esperan, explican, «el doble mandato de la Reserva Federal de estabilidad de precios y máximo empleo debería ofrecerle la flexibilidad de responder rápidamente a las preocupaciones sobre la trayectoria de la economía«.

«Esperamos 150 puntos básicos de recortes de tipos en 2024 y otros 100 puntos básicos a principios de 2025, pero los recortes podrían ser más adelantados si regresa el estrés financiero en medio de probables aumentos de las pérdidas crediticias», manifiestan.

TRES ESCENARIOS

Desde la entidad manejan tres escenarios distintos sobre lo que puede deparar 2024 a EEUU. El modelo base prevé «una recesión modesta, una fuerte caída de la inflación y recortes de las tasas de la Reserva Federal a partir de la primavera«, aunque contempla el riesgo de que la Fed «sea cautelosa para garantizar que la inflación caiga al 2%».

«En este escenario, sube por última vez y mantiene las tasas de interés altas por más tiempo. Pero si eso sucede, el dolor para el sector de los hogares se intensifica y aumentan los impagos de préstamos», valoran.

En su escenario más optimista, «la Fed se vuelve mucho más relajada respecto de la inflación y regresa más rápidamente a una fijación de tipos de interés neutrales«. Además, «el fuerte crecimiento de la productividad y la creciente oferta laboral derivada de la inmigración mantienen la inflación bajo control».

Por último, en el peor de los escenarios que proyectan, la Fed se aferra a la narrativa de «más alto por más tiempo», fruto de una inflación que se muestra más «pegajosa» de lo esperado en la primera mitad del año, aunque luego bajaría más deprisa como consecuencia del inicio de una recesión.