El sector manufacturero de EEUU se mantuvo sin cambios en noviembre, por lo que volvió a contraerse por decimotercer mes consecutivo, como muestra el índice PMI que elabora el Institute for Supply Management (ISM), que ha retenido los 46,7 puntos que alcanzó en octubre.

El índice de nuevos pedidos subió 2,8 puntos en el mes, pero se mantiene en contracción con 48,3 puntos, mientras que el indicador de producción cayó hasta los 48,5 puntos. Por su parte, el índice de precios trepó hasta los 49,9 puntos, tras anotarse una mejora de 4,8 unidades en el mes.

Además, el índice de empleo empeoró ligeramente y ahondó su fase contractiva, al registrar 45,8 puntos, 1 punto menos que en la lectura de octubre. Por su parte, tanto los pedidos de importación como los de exportación se mantienen en terreno recesivo en el mes.

Timothy R. Fiore, presidente del Comité de Encuesta de Negocios de Manufactura del ISM, destaca que «las empresas todavía están gestionando la producción de manera adecuada a medida que continúa la debilidad de los pedidos«.

«La demanda sigue siendo débil y la ejecución de la producción es ligeramente inferior en comparación con octubre, ya que las empresas de los panelistas continúan gestionando la producción, los insumos materiales y, de manera más agresiva, los costos laborales», añade.

EL PMI DE S&P GLOBAL

Este viernes se ha publicado también el índice PMI que elabora para el sector S&P Global, y que ha ha caído en noviembre hasta los 49,4 puntos, por lo que ha vuelto a terreno de contracción tras escalar en octubre hasta las 50 unidades. La agencia subraya que «los fabricantes estadounidenses informaron de un nuevo deterioro en las condiciones operativas en noviembre debido a que la disminución de los nuevos pedidos pesó sobre el desempeño general del sector».

El regreso a la contracción de las nuevas ventas condujo a una «expansión más lenta en producción y un nuevo recorte de personal, mientras que los inventarios siguieron decayendo y la compra de insumos se estancó».

La caída del total de nuevos pedidos se centró en el mercado doméstico, puesto que las nuevas ventas de exportación volvieron a crecer por primera vez desde mayo de 2022. Esto implica una mejora de la demanda extrajera, «especialmente para artículos especializados».

Los productores señalaron que, aunque sólo marginal, la disminución en nuevas ventas estuvo relacionada con la «débil» demanda de los clientes, la incertidumbre y unos consumidores que «siguen agotando los niveles de existencias».

En el frente de los precios, «los costos de los insumos aumentaron a un ritmo notablemente más lento«. El ritmo de aumento se redujo al más lento desde agosto y estuvo «muy por debajo» de la tasa de tendencia histórica. En respuesta a este aumento menos marcado de la carga de costos, y «en un esfuerzo por impulsar las ventas», el ritmo de la inflación «se atenuó» en noviembre.

Por su parte, el empleo manufacturero cayó por segundo año mes consecutivo en noviembre, y el número de trabajadores disminuyó a la segunda tasa más rápida desde junio de 2020.

Chris Williamson, economista jefe de negocios de S&P, destaca que «los fabricantes estadounidenses informaron de otro mes difícil en noviembre. La producción apenas aumentó, como mostró una nueva caída en las entradas de nuevos trabajos, lo que sugiere una contribución pequeña –si es que hay alguna– al PIB del cuarto trimestre del sector productor de bienes».

«Las menores presiones salariales, combinadas con un marcado enfriamiento de la inflación de los costos de los insumos de las materias primas, ya se han trasladado a una reducción de la inflación promedio de los precios de venta en fábrica de bienes«, concluye