El Monbus Obradoiro consiguió frenar su mala racha de resultados y lo hizo a lo grande logrando un triunfo en una pista donde nunca antes había ganado, que además supone la primera a domicilio esta temporada, y además tras un largo viaje a las islas para medirse a un Lenovo Tenerife que se mostró intratable desde el triple hasta el descanso.
Los de Txus Vidorreta supieron aprovechar su excelente primer cuarto para comandar el marcador durante muchos minutos, pero en el tercer cuarto la reacción de los Moncho Fernández fue brutal y les llevó a remontar la desventaja llevando el partido a un último cuarto de infarto donde Scrubb y Pustovyi, que ya habían sido los mejores, volvieron a exhibir sus galones.
Con Shermadini y Pustovyi dejando de inicio un bonito duelo en las alturas de las pinturas, sería el canadiense Scrubb quien inauguró el marcador para que el local Huertas respondiera con un triple que dio paso a un parcial tinerfeño de 10-0 en el que el pivot local salió claro vencedor pues además de hacer cuatro puntos, en apenas dos minutos mandó al ucraniano Pustovyi al banquillo tras dos faltas demasiado rápidas. Scrubb cortó la sequía con un triple que anulaba el anterior de Salin, pero el pivot georgiano Shermadini siguió imponiendo su ley cerca de los aros y tras un segundo triple de Salin al míster visitante Moncho Fernández no le quedó otra que parar el juego (16-5 en el 4´).
Con 3/4 en triples, seis asistencias y ni una sola pérdida los de Txus Vidorreta siguieron mandando más allá de sus problemas en el rebote defensivo o ahora ante la presionante defensa impuesta por Moncho Fernández. Más que nada porque Salin volvía a anotar de tres y porque también lo harían Cook y Abromaitis para un 6/7 en triples al final del cuarto, pero especialmente porque en los foráneos solo Scrubb parecía tenerlo claro en lo ofensivo (Máxima con el 27-14 en el 8´). A la conclusión 29-20.
Jugar a tantos puntos ante los aurinegros no parecía una gran idea, pero un descarado Kovliar anotó de tres en segundos generando alguna duda sobre lo anterior. Por poco tiempo, porque Huertas siguió haciendo daño con puntos y asistencias y cuando Abromaitis acertó de nuevo de tres Moncho Fernández paró el partido (36-25 en el 2´). En todo caso el equipo debía defender mejor y así lo había entendido en este comienzo de manga recurriendo más a los contactos, aunque entrar en bonus en menos de cuatro minutos o que a Pustovyi le cayera la tercera un minuto más tarde y a Blazevic la segunda en el 6´ solo añadían dificultades a la larga lista de problemas.
Sin embargo Obradoiro no le perdía la cara al duelo, ni siquiera cuando Salin anotó su cuarto triple de seis intentos, porque los gallegos habían conseguido embarrar más el choque y hombres como Zurbriggen o Guerrero salían al rescate con puntos (45-38 en el 7´). Así y aunque el local Doornekamp se unió al plantel de triplistas (9/12 para el Lenovo en el cuarto), los santiagueses se fajaron valientes en el golpe a golpe (51-44) y solo un minuto final flojo evitó que la renta se recortara (55-44).
En el reinicio una nueva presión a toda pista gallega volvió a dar sus frutos (55-48 en el 1´). El Obradoiro apretaba con todo en defensa y al poco Shermadini veía la tercera falta dejando vía libre a un Pustovyi que lo aprovechaba perfecto con 8 puntos en este cuarto (57-54 en el 4´). El conjunto tinerfeño añadió a su crisis anotadora y de balones perdidos los nervios, y tras una técnica a Doornekamp el ´killer´ Howard empataba el electrónico desde los libres (59-59 en el ecuador).
Un par de minutos más tarde el ex aurinegro Álex Suárez remontaba también desde los libres (60-61), lo que llevó el choque a una fase preciosa de constantes alternancias y más errores de los previstos, especialmente de un joven y acelerado Kovliar. Al final 72-69 tras el único triple local en esta manga, de Fitipaldo.
El local Jaime Fernández siguió haciendo daño en el inicio del último acto y aunque Pustovyi había vuelto a pista tan dominador como antes, Moncho Fernández tuvo que pedir un tiempo muerto pues en un partido de tantos puntos el triunfo pasaba por la defensa y Monbus encajaba demasiado fácil (80-73 en el 3´). De nuevo en juego el equipo se conjuró para ello y eso más un Scrubb determinante en aro contrario junto a Pustovyi, pues durante muchos minutos solo ellos habían anotado en esta manga, sirvieron la remontada en bandeja (80-83 en el 8´ y tiempo muerto de Vidorreta tras encajar un parcial de 0-10 en cinco minutos sin puntos de los suyos).
En un final de infarto, con Huertas y Howard en bonito duelo, sería Scrubb el gran protagonista con un triple a falta de un minuto que supuso la puntilla para los tinerfeños. A la conclusión 87-92.