Sobre todo venimos a proclamar y a seguir pidiendo los derechos humanos, los derechos del hombre, de los niños y los ancianos, que se sigan respetando, cuidando y creyendo en ellos. Esta no es una gala de artistas ni para gozar si no para concienciar a la gente de que vivimos en una sociedad en la que hay que ser hermanos, que tiene que desaparecer eso de los colores de piel, religión, colores políticos…todos somos hijos de Dios .

Se calcula que hay decenas de sin techo en Elche. ¿Cambiará algún día esta situación que es también extrapolable a otras ciudades?

Uno no entiende cómo somos capaces de permitir que haya personas que duerman en la calle, personas a las que maltratan, que mean encima de ellas y se burlan. Esta sociedad nuestra que es rica en valores todavía tiene muchos defectos, y no es posible que los políticos, las ONGs y las instituciones no seamos capaces de acabar con las personas que no tienen techo. Hay demasiados lugares que están vacíos que son del Gobierno o de la Iglesia o de instituciones. Uno dice en estos meses que vienen de frío por qué no se habla en el Congreso, las asambleas, las catedrales y las iglesias para que la gente no pase frío ni se moje. Ver esas colas de esa gente que se tapa con cartones a veces hay que hacer un esfuerzo y hacer un simulacro para ir nosotros a pasar una noche a esos lugares, a esos portales o debajo de un árbol para ver como a veces pasa la gente y los menosprecian, y con esa lacra debemos acabar. No es posible que un ayuntamiento, una comunidad, un gobierno siga sin resolver el problema de los sintecho.

Legado

¿Qué legado deja después de haber iniciado hace 60 años su andadura por Mensajeros de la Paz?

El mundo de hoy es mucho mejor que hace cinco, o sesenta o 200 años, y este mundo lo estamos haciendo entre todos mejor. Hay mucha más solidaridad y se ve como nos duele cuando hay problemas en otros lugares aunque estemos lejos, como es Gaza o alguno de estos países donde sigue habiendo tantas muertes. Cada vez somos mejores, la gente quiere más a la gente, y somos capaces de desprendernos de un abrigo, una bufanda y un dinero para que puedan convivir y vivir. Seguimos creyendo que las guerras de Gaza e Israel no las apoya nadie. Es verdad que a veces se pegan los políticos por decir una cosa u otra pero en el fondo nadie creemos en las guerras si no en el diálogo.

El Padre Ángel horas junto a la palmera Imperial antes de participar en la séptima gala por los Derechos Humanos este viernes Matías Segarra


En estos momentos la cooperación es importante ante un momento de conflictos…

Es cierto que hay siempre conflictos, de una manera especial cuando hay guerras y muertes como ha sido ahora tanto en Gaza como Israel y es cierto que la administración hace lo que puede o lo que les dejan hacer. Sin embargo las ONGs no somos nunca competencia del Estado, somos colaboradores y debemos estar siempre arrimando el hombro y sembrando la paz. Una de las cosas que debemos pedir es que dialoguen. El Papa Francisco al principio del pontificado nos decía que los dos problemas mayores que tiene la sociedad son la migración y la soledad, y esto es lo que sigue habiendo. Es cierto que hay problemas de trabajo, de estructuras, pero uno de los problemas graves de verdad es la soledad, hay personas que se sienten solas, muchas que hace tiempo que nadie las besa, nadie las quiere. Y luego la migración, que es un problema de la sociedad entera. También está la realidad de otros problemas de que se pasa hambre y no nos ponemos de acuerdo en muchas cosas pero en algo que deberíamos estar de acuerdo es en querernos más, dejarnos querer, el hacer bien a la gente y hoy (por ayer) en este huerto del Cura se respira paz. Aquellos políticos que estén tirantes y nerviosos si vinieran aquí sentirían una paz especial, más que la que sienten en el Congreso o el Senado. Hay que invitarles.