Dani Ceballos jugó un minuto en la final que el Real Madrid ganó al Liverpool en París, la última Champions ganada por los blancos. Y lo hizo tras sustituir a Luka Modric. Ese es el mejor resumen de su carrera como jugador blanco. Un futbolista llamado a llevar la batuta del equipo como relevo natural del croata, pero al que la mala suerte y su fragilidad mental han terminado por convertir en un jugador residual en una plantilla en la que nunca ha tenido un peso relevante.
Este año, además, se le han acumulado los problemas físicos, que han provocado que apenas acumule 150 minutos en lo que va de temporada. Su primera titularidad fue este miércoles, contra el Nápoles, ante la epidemia de bajas que tiene Carlo Ancelotti. 57 minutos marcaron el límite de su primera titularidad con el Real Madrid desde que acabó la pasada temporada. Por una cosa o por otra, nunca termina de afianzarse.
Seis años esperando su «momento»
Ceballos aterrizó en el Santiago Bernabéu el 20 de julio de 2017, pronunciando ante Florentino Pérez unas palabras que sonaron a premonición: «¿Miedo a jugar en el Madrid? Miedo hay que tener a otras cosas, no a estar aquí. Llegará mi momento y lo voy a aprovechar. Quiero afrontar el reto de jugar en el mejor equipo del mundo y vengo con mi objetivo claro». Su momento nunca llegó. Empezó heredando un dorsal maldito, el 24, el mismo que había lucido un desafortunado Asier Illarramendi, que se volvió a San Sebastián por la puerta de atrás tras fracasar en la tarea de convertirse en el nuevo Xabi Alonso. El sevillano firmó por seis temporadas, llegando traspasado del Betis por 16,5 millones de euros.
Zinedine Zidane no contó con él en su primera temporada, en la que solo participó en siete partidos. Es más, Zizou convirtió a Ceballos en un elemento de fricción con el club y la personalista política de fichajes de Florentino Pérez. Ante ese panorama el jugador decidió hacer las maletas y buscarse la vida en otro equipo donde pudiera demostrar su talento. Unai Emery le abrió las puertas del Arsenal, donde ganó la FA Cup, jugó 77 partidos en dos temporadas y se convirtió en un jugador importante.
Sin embargo, su fútbol de conducción no seducía al seleccionador Luis Enrique, que le dejó fuera de la Eurocopa. Quien sí contó con él para los Juegos Olímpicos de Tokio, que se celebraron en 2021 y no en 2020 por la pandemia, fue Luis de la Fuente. Allí fue Ceballos a colgarse una medalla olímpica. Y lo logró, aunque de nuevo la mala suerte impidió que lo hiciese teniendo protagonismo. En Tokio sufrió un esguince de tobillo en el primer partido tras una dura entrada del egipcio Mohamed Taher. Pese a ello, Ceballos decidió quedarse en los JJOO y el esguince se terminó convirtiendo en una rotura de ligamento y del peroneo-astragalino anterior y peroneo-calcáneo, lesión que se descubrió en la pretemporada del Madrid, tras una resonancia en agosto de 2021. Dani no volvió a jugar hasta principios de 2022. Y en esa temporada solo fue capaz de ganarse el puesto de revulsivo para un Ancelotti al que sí le gustaba su fútbol. El minuto en la final de París sustituyendo a Modric fue lo último que jugó esa temporada.
Ni Luis Enrique ni De la Fuente
Luis Enrique volvió a dejarle fuera de la lista del Mundial de Qatar, algo que el sevillano ya se olía. Sin embargo, a la vuelta del Mundial el asturiano fue despedido y la apuesta continuista por De la Fuente le hizo recuperar la ilusión por volver a la selección. Pero todo volvió a torcerse con un pique tonto con el azulgrana Gavi en un clásico en el que quedaron señalados ambos
El seleccionador tuvo que forzar una reunión para relajar el ambiente entre ambos, vecinos de pueblo en Sevilla pero enemigos irreconciliables en el campo. La última convocatoria de Ceballos con la absoluta se produjo en Glasgow, en la única derrota de la España de Luis de la Fuente ydDesde entonces Dani no ha vuelto a ser convocado. Hoy en día está fuera del radar del seleccionador y no tiene opciones reales de entrar en la lista para la Eurocopa del próximo verano en Alemania.
El verano pasado se habló mucho de su posible salida del Real Madrid. El Betis hizo todo lo que pudo por recuperarlo, pero su ficha era inasumible para los verdiblancos. Y las ofertas que tenía de Italia e Inglaterra no le convencían tras la experiencia vital en Londres. Así que finalmente decidió renovar con los blancos hasta 2027. Ceballos, consciente de que tenía la complicidad de Carlo Ancelotti en el equipo blanco, apostó por centrarse en tratar de ganar peso en el Madrid ante la lógica pérdida de peso de un Modric que a sus 37 años firmaba su última temporada en el Bernabéu. Carletto siempre le ha tenido en estima porque le considera «un futbolista diferente», un ‘talentino’ de los que no abundan en el fútbol.
Pero una vez más las lesiones se cruzaron en su camino. El pasado 13 de julio, en el tercer entrenamiento de la plantilla en Madrid, sufrió un pinchazo y le diagnosticaron una lesión en el tendón distal del músculo bíceps femoral derecho. Lo que supuso que se perdiera la gira por Estados Unidos quedándose en Madrid para recuperarse. Reapareció a finales de septiembre, encadenó cuatro partidos saliendo del banquillo y volvió a lesionarse.
El pasado domingo jugó 21 minutos ante el Cádiz y la plaga de lesiones que sufre el Madrid, con Tchouaméni, Camavinga y Modric lesionados en el mediocampo, le han abierto la puerta a otra titularidad en Champions años después. El partido ante el Nápoles devolvía a Ceballos al foco, algo que Ancelotti ha perseguido con tenacidad porque es un jugador de su gusto al que quiere recuperar. Este sábado, frente al Granada (18.30 horas) tendrá una nueva oportunidad.