Era fácil encontrarla en cualquier fiesta, bailando y disfrutando de la música en primera línea. También cruzarse con ella en cualquier bar donde tomaba su preciado «cafetín», muchas veces «de papo» («por la cara», en gallego-asturiano) como siempre bromeaba cuando lograba que alguien la invitara. La discapacidad intelectual de Jovita Mon jamás impidió que tuviese una vida plena, totalmente integrada entre sus vecinos, que hoy lamentan la muerte de una mujer «especial» e «irrepetible» que era el «alma» de todas las fiestas. Mon falleció este jueves, a los 75 años, en el hospital de Jarrio y hoy, viernes, será despedida en su querida Tapia.

«Se nos va una institución de Tapia. Siempre alegrando las calles y las fiestas, con su vitalidad y su energía características. Se le echará en falta. La villa de Tapia estará más triste a partir de ahora», señala el Alcalde tapiego, Pedro Fernández sobre la fallecida, usuaria de la residencia para personas con discapacidad que la asociación Fraternidad gestiona en Tapia. En la entidad están desolados por su pérdida y la recuerdan como «identidad y esencia de Fraternidad». En un mensaje publicado en sus redes sociales, donde los tapiegos no paran de homenajearla, la recuerdan por su «genio y figura, alegría y fortaleza, conocida y querida por todo el mundo».

Jovita Mon junto a otros usuarios de Fraternidad. Asociación Fraternidad


La entidad agradece las «enormes» muestras de cariño que están recibiendo por la muerte de esta mujer, que fue una de las primeras usuarias de la residencia, cuando abrió sus puertas en 2014. Y desde mucho antes fue usuaria del Centro de Apoyo a la Integración (CAI) que Fraternidad gestiona en Villamil. Se da la casualidad que el mismo día que falleció Juvita también murió Juan Luis, un avilesino residente desde hace años en el equipamiento tapiego para personas con discapacidad.

«Se la echa un montón de menos. Era muy pilla y todos tenemos muchas anécdotas suyas», recuerda Lucía Fernández, trabajadora de la entidad. Muchas de esas anéctodas se están contando estos días en las redes sociales donde definen a Jovita o Juvi, como la llamaban muchos tapiegos, como una mujer «buena», «inocente» y que estaba «siempre alegre y transmitiendo felicidad».