Queda mucho por hacer si se habla de cuidar el corazón femenino. En Europa, cada seis minutos, muere una mujer por una enfermedad cardiovascular. Son las propias mujeres las que, a veces, descuidan ese corazón tantas veces maltrecho por el estrés, las cargas familiares, la falta de tiempo o el cuidado de otras personas. Lo ha dicho este jueves la doctora Leticia Fernández-Friera, impulsora del movimiento Corazón de Mujer. Con datos aportados por la médico, que también dirige la Unidad de Cardio-Mujer en Atria Clinic, a las españolas les preocupa más el cáncer de mama que este tipo de dolencias.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en mujeres en Europa debido, entre otras cosas, a la falta de concienciación y a la escasa representación femenina en los ensayos clínicos, sostiene la investigadora que, en 2021, se puso al frente de un estudio en el que han participado voluntarias españolas, de entre 25 y 70 años, con, al menos, un factor de riesgo cardiovascular.
El riesgo de un infarto
Entre los resultados obtenidos en ese estudio científico, la especialista -directora del Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares de HM Hospitales– aportó algunos que considera fundamentales: el 26,9 % de las mujeres encuestadas piensa que tiene menos riesgo que el hombre de sufrir un infarto y el 36%, lo equipara. Además, las mujeres estudiadas consideran el cáncer de mama el problema de salud «más preocupante» por delante de las dolencias del corazón (46,81% frente a casi el 20%).
Solo un 31,3% de las mujeres considera que la menopausia es un factor de riesgo cardiovascular
Entre las causas principales de esas enfermedades, las respuestas de las encuestadas evidencian que son la tensión arterial (97%) o el sobrepeso (95,7%) los factores que consideran de mayor riesgo y, sin embargo, llama la atención el bajo porcentaje que considera un factor de riesgo la menopausia, solo un 31,3%.
El papel de la genética
Además, como se viene advirtiendo desde hace ya tiempo, las mujeres tienen «unos factores de riesgo específicos y pueden tener síntomas distintos» a los de los hombres, ha señalado la doctora Leticia Fernández-Friera en el marco de un acto que ha tenido lugar en Madrid con la presencia de la doctora Nabila Bouatia-Naji, directora del Instituto Francés de Investigación Sanitaria, Básica y Médica y referente del estudio de la Genética (INSERM).
A la genetista se la ha concedido el II Premio Corazón de Mujer (que se le entrega este mismo jueves) por su trabajo investigador en el papel de la genética en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en la mujer. Porque, como ha explicado, los factores genéticos influyen en el riesgo de enfermedad cardiovascular de la población general y de las mujeres en particular, sobre todo en combinación con aspectos como el estilo de vida y los acontecimientos fisiológicos naturales del envejecimiento.
Los desencadenantes
La investigadora aludió a una serie de desencadenantes como el embarazo, la maternidad o la menopausia, que pueden provocar respuestas biológicas en el sistema cardiovascular, especialmente en la integridad o reparación de las arterias.
En la disección de arterias coronarias (DCE), se ha demostrado que existen numerosos factores genéticos que contribuyen a aumentar el riesgo en mujeres
De hecho, la profesora Bouatia-Naji ha insistido en que, aunque factores como la obesidad o la hipertensión tienen una mayor prevalencia entre las mujeres de todo el mundo, y suponen un alto riesgo de accidente cerebrovascular y casiopatía isquémica, la genética femenina es también fundamental porque alerta de esas patologías en perfiles de bajo riesgo.
En la disección de arterias coronarias (DCE), el equipo de la investigadora francesa ha demostrado que existen numerosos factores genéticos (casi un 25% identificados en su último estudio) que contribuyen a aumentar el riesgo de padecer un evento cardiovascular. La DCE es una causa poco estudiada de infarto de miocardio que afecta sobre todo a mujeres, ha señalado. Con sus datos, el sexo femenino supone el 90% de estas pacientes y todavía desconocen los motivos.