El Colegio Público Matemático Pedrayes de Lastres abrió sus puertas este lunes con una pena generalizada. La notable ausencia de Purificación Ramos, conocida cariñosamente como “Puri”, se hacía sentir en cada rincón, especialmente la que era su aula y que permanecía tal y como ella la había dejado el pasado viernes, antes de sufrir el fatal accidente de tráfico que acabaría con su vida durante el fin de semana, tras colisionar contra el «kamikaze» que recorrió en sentido contrario la autopista de la industria (AS-II) la noche del pasado sábado.

El corazón del centro lastrín, que ella misma representaba, parece quedarse huérfano en estos primeros días desde su partida. Pero profesores, alumnos y sus familias han querido llenar ese inmenso hueco rindiendo un especial homenaje a la que fue una maestra «ejemplar y vocacional» en lo profesional, pero también un alma «cariñosa, noble, entrañable, generosa y una mujer muy querida», en lo personal.

Esta semana, el retablo de madera de la biblioteca se ha convertido en un auténtico altar a su memoria, presidido por un peluche de Stich, uno de sus personajes favoritos de Disney, el cual llevaba tatuado en su pierna. Corazones recortados a mano, fotografías donde brillaba su eterna sonrisa, y algunos de sus objetos más característicos, ahora decoran la estancia impregnada con su esencia: “Tenemos ahí su bolsita de almendras porque ella siempre le daba un puñadito a los crios, también sus coloridas crocs, o su ventilador que utilizaba cuando le daban sofocos…”, cuenta Beatriz Rodríguez. Junto a sus pertenencias, un gran dibujo de Puri vistiendo el traje de taekwondo resalta su faceta más deportiva, un de las muchas pasiones de quien era una persona inquieta, activa y autodidacta. “Estaba aprendiendo varios idiomas como el catalán, a tocar el ukelele, iba a un taller de escritura…”, añade Rodríguez.

Este miércoles, la jornada lectiva se convirtió en un espacio de recuerdo, refugio familiar y de apoyo colectivo para darle un último adiós a Puri de parte de su comunidad educativa. En el patio, todos cogidos de las manos, dedicaron unas palabras en honor a Puri, hablándole de tú a tú, con esa cercanía y humor que ella misma llevaba por bandera. Sus compañeros evocaron vivencias compartidas: “Desde el momento en que entrabas por la puerta, tu buen humor era contagioso. Cómo nos hemos reído este año, qué gran equipo”. “Nuestra amistad trascendía las fronteras del aula, yendo y viniendo todos los días en un coche que guardó nuestros secretos y que me hizo conocerte como verdaderamente eras, valiente, frágil y madre de su perrita. Un coche nos unió y otro te llevó de nuestro lado”.

Mientras que las familias también compartieron sus sentimientos, destacando las bondades de la profesora: “No hacía falta conocerte a fondo para saber que eres todo bondad, que allá donde vas iluminas a todos, con tu ilusión, tus ganas y tu dulzura”. “Se me hace muy difícil acompañar a mis hijos sabiendo que no estarás aquí para recibirlos en la entrada o para despedirlos al final de cada jornada”.

Por su parte, los más pequeños, uno a uno, pudieron verbalizar, entre aplausos y alguna que otra lágrima, lo mucho que echarán de menos a su querida maestra. Momentos duros para unos niños que esta misma semana contaron con una charla de la Cruz Roja para ayudarles a afrontar la idea de la muerte desde una perspectiva natural.

El acto contó también con la presencia del director general de personal docente, César González Prieto y del alcalde de Colunga, José Ángel Toyos: “No llegué a conocerla, pero por las palabras de sus compañeros era una persona muy querida y muy entrañable sobre todo con los niños y sus familias”, expresó el regidor.

Unidos, soltaron una veintena de globos morados, su color favorito, tiñendo el cielo grisáceo durante este simbólico homenaje, tras el cual la lluvia decidió hacer acto de presencia como una metáfora de lo más poética. El Colegio Matemático Pedrayes de Lastres se ha despedido de Puri, pero la huella imborrable que dejó perdurará para siempre entre sus cuatro paredes y en el recuerdo de sus conocidos.