Alicia Framis ha pegado un buen pelotazo anunciando su boda con un holograma de IA. Buen pelotazo porque Framis, que es actriz, ha tocado tres puntos calientes: el protagonismo de las máquinas, la soledad y el descenso de las bodas De hecho, Framis ha encontrado la solución para el descenso del número de matrimonios.

Si te casas con la IA resuelves el problema que tienen la mayoría de las parejas: una máquina no ronca, una máquina no se va con sus amigos de jarana y vuelve perjudicada, una máquina siempre te da la razón, una máquina convenientemente programada siempre es compatible con tu carácter. ¿Y el sexo?

Framis lo ha resuelto. Dice que el sexo está sobrevalorado. Están sobrevalorados los besos, dormir en compañía y muchas cosas. Framis lleva años explorando en este campo, hace unos años tuvo como pareja un maniquí y acabó contenta, dijo, que a cualquier cosa se acostumbra uno. Aunque en esto se equivoca. A una pareja real no se acostumbra uno nunca porque siempre es diferente. La soledad o la salida de la soledad va de esto: de la relación con alguien diferente, casarse va de hacerlo con alguien diferente.

Sánchez también está casado, no hablo de Begoña Gómez. Hablo de su nueva pareja política: Puigdemont. El problema es que Puigdemont no es un holograma, es real, muy real. Tan real que le amenaza con mociones de censura. Y Sánchez se quiere mostrar como una pareja fiable. Muy fiable. Tan fiable que esta mañana ha acusado a los jueces españoles de dejarse utilizar para causas políticas.

Sí, dice, Sánchez, que hay jueces que no actúan para cumplir y hacer cumplir la ley, sino para lograr fines políticos. Pedro dice que en España no hay una democracia plena, que hay lawfare. Pero a continuación, Pedro dice lo contrario.