«Si no estamos ahí, no hubiera sobrevivido ninguno. Estoy seguro de que habrían muerto los ocho”. Javier González sabe bien lo peligrosa que es la zona. La tragedia ha costado cuatro vidas pero podrían haber sido muchas más. La embarcación que llegó la tarde del miércoles a la playa de Sancti Petri y de donde sus tripulantes, inmigrantes en manos presuntamente de mafias, fueron obligados a saltar al agua, fue avistada por un grupo de trabajadores de la empresa Náuticas Gurri. De dar clases de windsurf o vigilar actividades como el ‘kite’ o el paddlesurf se convirtieron en héroes para los inmigrantes a los que las mafias de la inmigración habían condenado a morir ahogados.

Inmigrantes en la costa de Cádiz. EPE


Era un grupo que acababa de terminar de hacer un trabajo y salían del mar en una jornada de fuerte viento y marejada. Vieron la embarcación neumática tipo zodiac acercarse y rápidamente se dieron cuenta de que nada tenían que ver con el tráfico ilegal de drogas que a veces también se da en la zona sino que iba cargada de personas. “Vimos que no era de hachís y ya empecé a temer lo peor”, cuenta a este periódico Javier. “Ocurrió allí, delante de nuestras narices. Vimos como a menos de cien metros de donde estábamos los obligaban a saltar al mar. Es una zona muy complicada, con muchas corrientes”, cuenta. La mayoría no sabía nadar. En los videos que grabaron en el momento se ve y se oye cómo trataron de alertar del peligro para evitar que los hagan saltar. No sirvió de nada.

«No lo pensamos»

Javier llamó a su hijo Jorge y sin perder tiempo se subieron a la embarcación zodiac con que acababan de salir del agua. Fue una cuestión de minutos. En cuanto llegaron ya había ya dos cuerpos flotando bocabajo y fueron los primeros que sacaron del agua. Un tercero también quedó casi inconsciente. A partir de ahí, en minutos, se dedicaron a sacar personas del agua sin pensar y sin perder tiempo. Literalmente cuentan que los sacaban del mar y los tiraban dentro de la lancha, donde los iban amontonando como podían. Muchos de los inmigrantes no sabían nadar. Iban vestidos con mucha ropa. Los sacaron a la orilla. “En ese momento no piensas, ni siquiera piensas en que estás salvando vidas. Te sale y ya está”, confiesa Javier.

Eran ocho en total los que fueron obligados a saltar de la embarcación en ese punto de corrientes tan complicadas que siempre evitan en la escuela náutica. Uno de los inmigrantes, marroquí, contó que el patrón de la lancha les había apuntado con un arma para que se tiraran al agua. «Eso nos contó, que los habían amenazado con una pistola». Tres tuvieron que ser atendidas con urgencia, mientras llegaban los servicios de salvamento, por otros trabajadores de la misma empresa náutica. Los reanimaron para tratar de mantenerlos con vida mientras llegaban las ambulancias. Otros cinco sufrían hipotermia y estaban desfallecidos. “Acababan de cruzar el Estrecho. Estaban hechos polvo. Con mucha ropa para el frío. Se hubieran hundido. No sabían nadar”, cuenta el responsable de Náutica Gurri.

Sigue la búsqueda

La Subdelegación del Gobierno de Cádiz informa de que sigue el dispositivo de búsqueda de lancha con drones y patrullas de seguridad ciudadana por la costa. La tragedia se extendió a varios puntos de la costa gaditana. En la Playa de Camposoto aparecieron 27 inmigrantes. 23 fueron auxiliados y cuatro habían muerto. En Sancti Petri tuvieron la fortuna de que en la escuela náutica estuvieran trabajando. Fueron auxiliados cinco y tres conducidos al hospital de Puerto Real. De los 38 inmigrantes rescatados, seis son menores.