No quedan ni 24 horas para que las bombas vuelvan a caer sobre la Franja de Gaza. Pero Hamás está intentando evitar que eso ocurra. Una fuente cercana a la milicia palestina ha dicho que el grupo está dispuesto a ampliar la tregua cuatro días más, según anuncia la agencia de noticias AFP. “Hamás ha informado a los mediadores que está dispuesto a extender la tregua por cuatro días y que el movimiento podría liberar a los prisioneros israelíes que él, otros movimientos de resistencia y otros partidos [han retenido] durante este período, según los términos de la tregua existente”, ha declarado. Israel, por el momento, no se ha pronunciado sobre una segunda extensión del alto el fuego, aunque está enfrascado en intensas negocaciones con los mediadores de Catar y Egipto. Desde el inicio de la tregua el pasado viernes, 81 rehenes israelís y extranjeros han sido liberados de la Franja de Gaza, y 180 mujeres y niños palestinos presos en cárceles israelís han sido excarcelados.
En principio, el primer acuerdo de tregua establecía que serían cuatro los días en que tendrían lugar intercambios diarios de rehenes israelís por prisioneros palestinos, la entrada de camiones con ayuda humanitaria, entre la que se incluya el combustible y bombonas de gas para cocinar, y la pausa en los combates y los bombardeos sobre el castigado enclave. A las puertas de acabarse el alto el fuego, Israel y Hamás, con la ayuda de Catar, Egipto y Estados Unidos, acordaron extender la tregua dos días más. Por lo tanto, el final de la calma y de los reencuentros familiares tendría lugar este jueves. Durante estos seis días, la población de Gaza ha podido retornar a sus hogares y recuperar las pocas, o casi ningunas, pertenencias que quedan en pie. Estas jornadas sin amenazas desde el cielo han permitido al mundo detenerse a comprobar la magnitud de la amplia destrucción cometida por el Ejército israelí sobre el enclave palestino.
Bebés comidos por gusanos
Los periodistas locales que quedan con vida -Israel ha matado de forma deliberada a una cincuentena en el enclave- han podido registrar imágenes que han conmocionado al pueblo palestino. En el hospital pediátrico Al Naser en la Ciudad de Gaza, han hallado los cuerpos de los bebés prematuros forzados a ser abandonados después que el 10 de noviembre recibieran repetidas amenazas de fuego israelí. Muchos de sus cadáveres estaban siendo devorados por gusanos.
Los equipos de la defensa civil palestina han encontrado, al menos, 160 cuerpos bajo los escombros, pese a que hay centenares de desaparecidos tras casi 50 días de bombardeos. Aunque, desde el inicio de la tregua, han tenido lugar reencuentros y alegrías puntuales, la población de Gaza sabe que es cuestión de horas o días para que vuelvan las bombas sobre ellas.
El acuerdo original estipulaba que el alto el fuego podría extenderse por más días, hasta un total de 10 días, incluidos los primeros cuatro, si Hamás liberaba al menos a 10 rehenes adicionales cada día, e Israel excarcelaba a más presos de seguridad en una proporción de tres prisioneros por cada rehén. La mayor milicia palestina presente en Gaza ha afirmado que utilizará este tiempo para localizar a más cautivos retenidos por otros grupos armados o por civiles. Hamás ya ha afirmado que no liberará a ningún soldado ni miembro de las Fuerzas de Defensa de Israel, pero se ha empezado a mostrar abierto a dejar salir a hombres civiles después de que hayan salido todas las mujeres y los niños cautivos. Las familias de los rehenes están ejerciendo una fuerte presión sobre el gobierno israelí para que alargue la tregua.
A su vez, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se enfrenta a su propio Gobierno extremista. El ultraderechista Itamar Ben Gvir, el ministro de Seguridad Nacional, es el principal abanderado para evitar que se detenga la guerra. En sus redes sociales, el martes por la noche tuiteó abiertamente: «detener la guerra = disolución del Gobierno”. ‘Bibi’ se encuentra de nuevo en una encrucijada, aunque, en otras ocasiones, se ha decantado por sus socios ultrarreligiosos y de extrema derecha con el objetivo final de salvarse a sí mismo, antes que a su propio pueblo.