Un jurado popular ha decidido por unanimidad declarar no culpables a los policías que dieron una ‘patada en la puerta’ de un piso de la calle Lagasca (barrio de Salamanca) en Madrid en marzo de 2021 para disolver una fiesta que se estaba celebrando durante la pandemia.
Así lo ha anunciado este miércoles el presidente del tribunal tras finalizar la deliberación de sus nueve miembros. Concluyen que los agentes no cometieron el delito de allanamiento de morada del que habían sido acusados por derribar con un ariete la puerta de un domicilio privado a pesar de que no contaban con una autorización judicial para poder entrar en el domicilio. Entiende el jurado que disponían de suficiente motivación para hacerlo, según han confirmado fuentes jurídicas a este diario.
Tal y como ha sostenido la defensa ejercida por el abogado Juan Antonio Frago durante todo el proceso, el subinspector al mando asegura que tomó esa decisión amparándose en que se estaba produciendo un delito de desobediencia a la autoridad al negarse los jóvenes a salir al rellano e identificarse para ser denunciados.
La acusación, representada por el letrado Juango Ospina, retiró los cargos contra cuatro de los seis agentes la semana pasada, pero mantuvo la petición de dos años y medio de prisión para dos de ellos, el subinspector y su segundo al mando. Ahora, la sección 16 de la Audiencia Provincial de Madrid dictará una sentencia absolutoria que la defensa ya ha anunciado que recurrirá.
Uniformes comprados en Amazon
En los vídeos que han formado parte del caso se puede ver cómo los agentes mantuvieron un diálogo tenso con los participantes en esa fiesta, quienes llegaron incluso a poner en duda su autoridad para obligarles a que se identificaran: “¿Cómo sé yo que son policías? Podrían haber comprado el uniforme en Amazon”.
El inquilino, por su parte, un ciudadano inglés que había arrendado el piso apenas dos meses antes, llegó a denunciar durante el juicio que había sido detenido ilegalmente y que pasó «mucho miedo» durante la noche que estuvo en el calabozo.
Por su parte, el subinspector a cargo de la operación aseguró durante su declaración ante la Audiencia Provincial de Madrid que lo que se encontraron cuando derribaron la puerta “no era un domicilio, sino un sitio dedicado a organizar fiestas”, pues no apreció “enseres personales”, sino “luces tenues, copas y botellas por todos lados, ceniceros… Lo más parecido a un local de alterne».
¡Salgan! ¡Identifíquense!
Los hechos tuvieron lugar el 21 de marzo de 2021 cuando, aún vigentes las restricciones por la pandemia del coronavirus, la Policía procedió a desalojar una vivienda en el centro de Madrid en la que se estaba celebrando una fiesta.
Los seis agentes implicados en el caso que se ha juzgado en la Audiencia Provincial durante las últimas semanas procedieron en ese momento a advertir verbalmente a los jóvenes que se encontraban en el interior antes de derribar la puerta por la fuerza.
Las denuncias previas de los vecinos apuntaban a que la fiesta se estaba celebrando en un piso turístico y que, además, se estaban organizando allí de forma recurrente, pues habían sido necesarias “15 o 20 llamadas” durante los días previos hasta que la policía se decidió a actuar.
Según constatan las transcripciones de las cámaras que portaban los agentes, intentaron advertir a los jóvenes que se encontraban dentro del piso en la calle Lagasca, en el centro de Madrid, tanto en inglés como en español, pero, al no obtener la colaboración que creían necesaria, decidieron utilizar un ariete para derribar la puerta y así poder identificarles.