Acabada la primera mitad, volcánica primera mitad, Xavi giró sobre sus pasos y enfiló el camino del vestuario. Estaba inquieto el técnico. Angustiado por el 0-1 del Oporto. Aliviado por la excelente reacción liderada por João Cancelo, ese lateral izquierdo que se inventó, tal si fuera la noche del Alavés. Más que lateral era carrilero, extremo, interior… Todo en uno para alegría del entrenador que se quitó un serio peso de encima cuando el equipo reaccionó en la segunda mitad. «El club lo necesitaba, estoy muy feliz», ha reconocido Xavi.
Aquella banda era la suya como demostró con ese golazo que se inventó para sellar el empate segundos más tarde del tanto de Pepé. Ese momentáneo alivio no ocultó, sin embargo, el malestar que denotaba el rostro de Xavi, quien intervino desde la pizarra para reanimar a un Barça moribundo. Volvió a los tres centrales, confinado, de nuevo, Araujo al rol de lateral-central diestro, y colocó, como diría Cruyff, a los ‘peloteros’ en el centro del campo.
«Era un escenario grande, de Champions e Iñaki Peña ha estado extraordinario, magnifico, con una personalidad tremenda. No solo con las paradas sino con la construcción del juego»
O sea, garantía de éxito debería ser ver la cohabitación entre Gündogan, Frenkie de Jong y Pedri. Pero nada de eso ocurrió. Terminada la primera parte, y con un juego desconcertante, el técnico se encerró en el vestuario, mientras las máquinas de estadísticas de la UEFA escupían cifras que no debe tolerar un equipo como el Barça. En la segunda parte sí fluyeron con la calidad que se espera de ellos.
Elogios a Iñaki Peña
En esos 45 minutos iniciales, Iñaki Peña fue tan decisivo como Cancelo. En 45 minutos, el equipo azulgrana recibió 11 disparos. Once tiros y cuatro a puerta (tres paradas de Iñaki y el gol portugués) delataban la vulnerabilidad de la obra que había ideado Xavi.
«Era un escenario grande, de Champions, ha estado extraordinario, magnifico, con una personalidad tremenda», dijo Xavi sobre Iñaki. Y suerte que al meta alicantino no le temblaron los pies (16 pases buenos de 17 en la primera mitad) ni tampoco las manos. «Estuvo extraordinario, no solo en las paradas sino en la construcción del juego», relató el técnico.
Cancelo, solo molestias
Justo al iniciarse la segunda mitad, los Joãos decidieron montarse una fiesta en el flanco izquierdo del Barça. Fue entonces cuando Xavi desató su alegría porque la elección de Cancelo le salió de maravilla. Gol en el 1-1 y asistencia en el 2-1.
«Hemos ganado una final, conseguimos poner a este club en octavos que es donde debemos estar»
Y con el equipo en octavos de final, Xavi lo celebró a lo grande, abrazado por Òscar Hernández, segundo entrenador, ayudante, hermano y confidente más cercano. Ese abrazo liberó toneladas de presión porque la segunda mitad fue un liberador ejercicio de épica gracias a los retoques introducidos por Xavi en el descanso.
«Hemos ganado una final, conseguimos poner a este club en octavos que es donde debemos estar», confesó Cancelo, quien recordó que ya sintió «el isquio cargado en Vallecas y ante el Oporto un poco más, pero seguro que voy a estar ante el Atlético», espantando así cualquier temor sobre su presencia el domingo, también en Montjuïc. Estaba el Barça transitando por la cornisa, pero sobrevivió. «Es un día para felicitar al equipo y al club por estar en octavos jugando bien».