La temporada 2023/24 acaba en mayo, pero la pésima campaña que está realizando el Mallorca hasta el momento le hace afrontar los dos próximos partidos ante el Cádiz (mañana, 21 horas) y Alavés (domingo, 14 horas) como dos finales en las que no vale otro resultado que no sea ganar. Las «buenas sensaciones», «el equipo ha competido» y demás tópicos del mundo del fútbol ya no tienen validez cuando lo que está en juego es caer en las posiciones de descenso. 

El aplazamiento del encuentro ante el Cádiz, provocado por la convocatoria de Muriqi con Kosovo, «ha salido mal», en palabras del propio Javier Aguirre. Han sido 21 días parados sin competir, se ha perdido al delantero por lesión y provoca una semana de tres partidos, con el cansancio que eso conlleva. El técnico mexicano, más allá de la agónica posición del equipo en la tabla, se juega mucho más que seis puntos esta semana. 

Una afición que ha perdido la paciencia

Por mal que pese a algunos, una sola victoria en 13 jornadas es motivo de cambio. Un triunfo que llegó frente al Celta y con una buena dosis de fortuna. El entrenador bermellón es plenamente consciente de que está en una situación límite y que solo dos victorias pueden provocar que las aguas se calmen y que la afición vuelva a confiar en él, algo que no está sucediendo hasta el momento. 

Ganar a Cádiz y Alavés, dos rivales directos por la permanencia, es una obligación. Pero jugar en casa tampoco está siendo fácil para los bermellones. Todavía no saben lo que es ganar ante sus aficionados, que se han acostumbrado a empates y pocos goles. Tres a favor y cuatro en contra son los números del estadio que menos tantos ha visto este año en Primera División. 

Cádiz – Real Madrid Román Ríos


El Cádiz, con el agua al cuello

En la primera prueba de mañana, tendrá un Cádiz que también llega con el agua al cuello. Diez jornadas sin ganar y solo un punto más que los bermellones en la tabla. Y que además este fin de semana se miden al Celta en Balaídos, equipo que marca ahora mismo la primera plaza de descenso. Para ellos son igual de importantes estos dos encuentros que para el Mallorca. 

Alavés – Granada ADRIAN RUIZ HIERRO


El Alavés de Luis García

La segunda final llega con un componente extra de morbo. Porque aterruza el Alavés de Luis García Plaza, extrenador de los rojillos y que fue destituido por una nefasta racha de resultados y sustituido por Javier Aguirre. 

Tras acabar en el Alavés, logró el ascenso de forma brillante y este curso tiene al conjunto babazorro con 15 puntos en la tabla. Llegarán a Son Moix descansados, tras vencer con comodidad al Granada en casa (3-1) en el encuentro disputado el pasado viernes. 

El mundo del fútbol y de los entrenadores rechaza hablar de final cuando restan muchas jornadas, pero el Mallorca se juega mucho en cinco días y tiene la ocasión de compensar en cierta manera los tres malos primeros meses del curso.