«¿Hay algún primer ministro europeo capaz de conseguir el reto simultáneo de ser aplaudido por organización terrorista de Hamás, basar su investidura en un partido heredero de una organización terrorista y de indultar unas actuaciones que los jueces consideran terrorismo urbano? Solo hay uno, es Pedro Sánchez». Así lo ha afirmado el presidente del PP europeo, Alberto Núñez Feijóo, durante la cumbre del PP europeo celebrada este lunes en Barcelona, y que ha coincidido con la crisis diplomática abierta entre España e Israel por las declaraciones de Pedro Sánchez desde la frontera con la Franja de Gaza, donde reclamó «un Estado palestino viable». Unas palabras que han enfurecido al gobierno israelí y que, en cambio, han sido agradecidas por Hamás. Algo que Feijóo considera un «error grave».

En el encuentro, que se ha celebrado en paralelo a la cumbre de la Unión por el Mediterráneo que también se celebra este lunes en la ciudad, el líder del PP ha defendido que Palestina tiene «derecho a la paz y a la estabilidad», pero ha asegurado que hay que «destruir» a Hamás. Por lo que ha achacado a Sánchez que no es «razonable» crear una crisis diplomática «en medio de un conflicto bélico». Sin embargo, lo que ha obviado Feijóo en su intervención es que el PP también defendía en su programa electoral para las elecciones del 23 de julio «trabajar para la resolución de conflictos, especialmente el israelo-palestino, por medio de la solución de dos Estados«.

La cita de los populares en la capital catalana también ha servido para conjurarse de cara a la próxima cita electoral: las europeas de junio del 2024. Unos comicios que desde Génova quieren convertir en un «plebiscito» al Gobierno de Pedro Sánchez, y que sirvan de enmienda a sus pactos con los partidos independentistas catalanes y a la ley de amnistía. Justamente, las jornadas también han servido para que varios dirigentes populares europeos criticaran la intención de la mayoría del Congreso de los Diputados de exonerar a los procesados y condenados por el ‘procés’.

Entre ellos, lo ha hecho el vicepresidente del PPE en el Parlamento Europeo Siegfried Muresan, que ha tachado la medida de «ataque al Estado de Derecho» y ha vaticinado que «Europa no permanecerá en silencio», o la ministra de Exteriores de Bulgaria, Mariya Gabriel, que ha asegurado estar «muy preocupada por el Estado de derecho en España» y ha augurado que provocará un «escenario muy inestable» de «consecuencias impredecibles».