El vicepresidente del Govern, Antoni Costa, ocultó a la presidenta del Ejecutivo, Marga Prohens, la imputación de su amigo y ex alto cargo Juan Antonio Serra Ferrer por agresión sexual. «Sólo yo conocía lo que había sucedido, en todo momento el exdirector del Ibetec negó que los hechos que se le atribuyen se hubieran producido y confié en la presunción de inocencia».
En este sentido, ha asegurado que cuando contrató a Ferrer como alto cargo de una empresa pública bajo su control conocía que había sido detenido por la agresión sexual en un restaurante de Palma y el posterior ataque a un agente de la Policía Nacional, así como la decisión que tomó la UIB de suspenderlo como profesor asociado. » Efectivamente había leído lo que había salido en los medios hace tiempo y conocía la decisión que había tomado la Universidad. Cónfié en él, creí en su palabra y me equivoqué».
Costa ha reconocido que «me equivoqué» con el nombramiento de Serra Ferrer y que conocía todos los detalles del caso, aunque ha defendido que decidió seguir adelante porque confió ciegamente en la versión de su amigo, al que conoce desde hace muchos años: «Me trasladó que estaba convencido de que la causa se archivaría y ni siquiera llegaría a juicio, por eso le nombré respetando la presunción de inocencia».
Asimismo, el vicepresidente del Ejecutivo autonómico ha reiterado que fue informado este viernes de la apertura de juicio oral y «en cuestión de horas» decidió su destitución fulminante: «Vi que me había equivocado y me sabe mal que este hecho envíe un mensaje equivocado sobre el absoluto compromiso del Govern contra todas las formas de violencia contra la mujer».
No piensa dimitir
Costa considera que no debe dimitir y, en todo caso, insiste en que debería ser la presidenta del Govern quien decida si sigue confiando en él a partir de ahora: «Mi cargo es decisión de la presidenta, también en la destitución. Estoy a disposición de lo que estime conveniente hacer».