Honda ha iniciado la comercialización de la sexta generación del CR-V, su modelo más vendido en el mundo y que presenta notables novedades en todos los aspectos. Al margen de cuestiones estéticas y tamaño, esta nueva generación se ofrecerá exclusivamente en versiones híbridas, una convencional (e:HEV) y otra enchufable (e:PHEV), ambas con 184 CV de potencia y con tracción delantera o total la primera y tracción delantera la segunda. Es un paso más en el firme camino de Honda hacia la electrificación total de la gama.
Más grande, más amplio
Esta nueva generación ha crecido en casi todas sus cotas. Ahora la carrocería mide 4,71 metros de longitud, 1,87 de anchura y 1,67 de altura mientras que la distancia entre ejes llega a los 2,70 metros. Respecto a la generación anterior, la nueva es 10,5 centímetros más larga, 1,0 centímetros más ancha y 1,4 centímetros más baja en tanto que la distancia entre ejes ha crecido 3,8 centímetros.
Este incremento de cotas repercute directamente en el interior y sobre todo en la amplitud de las plazas traseras donde pueden viajar cómodamente tres adultos aunque sobrepasen el 1’80 metros de estatura. La segunda fila de asientos puede desplazarse longitudinalmente 19 centímetros y por otro lado estos asientos traseros disponen de hasta ocho grados de regulación en inclinación.
También se ha visto beneficiado el maletero que ha aumentado su capacidad aunque no es la misma para las dos versiones. En el híbrido convencional es de 587 litros si la versión es de tracción delantera y de 579 litros en la de tracción total, mientras que en el híbrido enchufable es de 617 litros. La razón es que en el e:PHEV la batería se ubica bajo los asientos y no debajo del maletero como sucede en el e:HEV.
Bien presentado
Estéticamente ofrece una imagen diferente, especialmente en el frontal, más vertical con un capó más plano; la parrilla, de nuevo diseño, es más grande en tanto que los grupos ópticos son más estrechos. En la zaga destacan los nuevos pilotos con otro diseño y firma lumínica. En conjunto la imagen es de un coche robusto.
El interior, al que se accede por unas puertas con un buen grado de apertura, ofrece una imagen que nos recuerda a otros modelos de la marca, pero siempre con un elevado grado de calidad y acabados, algo que ya es sinónimo de la marca, al igual que una marcada sobriedad.
Además de un volante multifuncional, el cuadro de instrumentos dispone de una pantalla de 10,2 pulgadas mientras que en el centro del salpicadero hay una pantalla central de nueve pulgadas para controlar la navegación y los sistemas de conectividad. El conductor dispone también de un Head-Up que se proyecta en el parabrisas informando de todo lo concerniente a la conducción.
Muchas ayudas
Si hay algo que destaca en este nuevo CR-V es el apartado de ayudas a la conducción y seguridad. Es el el primer modelo de la marca japonesa en equipar en Europa el Honda Sensing 360 que ofrece una completa red de cámaras y radares que garantizan una cobertura de 360 grados.
Asimismo, y por primera vez en la gama, ofrece el sistema de alerta de tráfico cruzado frontal, el asistente de atascos o el sistema Parking Pilot que facilita las maniobras de aparcamiento. Todo ello además de los sistemas más habituales en un coche que ya se han establecido como normalidad.
Dos híbridos
El nuevo CR-V se pone a la venta con dos motorizaciones. Ambas incorporan el mismo motor gasolina 2.0 litros de inyección directa que apoyado por dos motores eléctricos que actúan de impulsor y generador ofrecen una potencia conjunta de 184 CV y siempre asociados a una caja de cambios automática.
La batería de la versión híbrida tiene una capacidad de 1,1 kWh mientras que en la híbrida enchufable es de 17,7 kWh ofreciendo una autonomía eléctrica de 82 kilómetros en medición WLTP.
Dinámicamente, cualquiera de las dos versiones se comporta muy bien en carretera, ofreciendo buena suspensión, confort de marcha y mínimos ruidos. En líneas generales se acerca mucho a un vehículo premium. El precio de venta parte de los 51.545 euros hasta los 62.760 euros.