La explosión ante el Hospital Al Ahli de Gaza que el 17 de octubre causó un alto número de muertos en plena guerra entre Israel y Hamás fue por «una aparente munición propulsada por cohete, como las usadas comúnmente por grupos armados palestinos«, dijo este domingo la ONG Human Rights Watch, que alertó que falta investigar detalles.
«Si bien los fallos de disparos» de proyectiles lanzados por las milicias palestinas «son frecuentes, se necesita más investigación para determinar quién lanzó el aparente cohete y si se violaron las leyes de la guerra», declaró HRW, en un informe publicado este domingo sobre una investigación hecha del incidente en base al análisis de fotos, vídeos, imágenes satelitales, testigos o consultas a expertos.
El incidente analizado por HRW generó mucha polémica y acusaciones cruzadas sobre quién lanzó la munición que causó el impacto mortal.
El Ministerio de Sanidad palestino dijo que unas 471 murieron por ello y acusó a Israel de atacar el recinto médico. Por el otro, el Ejército israelí aseguró que se trató de un proyectil fallido lanzado por milicianos palestinos del grupo Yihad Islámica.
HRW no pudo identificar «de manera concluyente» cuál fue el tipo de munición que «impactó en una zona pavimentada» en el área del Hospital Al Ahli, situada entre un aparcamiento y un patio donde civiles palestinos se refugiaban ante los bombardeos de Israel.
La ONG dice que «no pudo corroborar el recuento de fallecidos» dado por las autoridades de Gaza, controladas por Hamás.
Según remarca, la cifra del Ministerio de Sanidad gazatí -471 muertos- «es significativamente mayor que otras estimaciones», en «una proporción inusualmente alta de muertos y heridos que parece desproporcionada con los daños visibles en el lugar«.
«Las víctimas y las familias de quiénes murieron o resultaron heridos mientras buscaban seguridad en el hospital merecen una investigación completa para determinar qué sucedió y quién fue el responsable», alega HRW.
La entidad, que no pudo visitar el lugar, detalla que «no hay imágenes conocidas de restos de municiones, lo que impidió una identificación concluyente de la munición».
Sin embargo, asegura que «el sonido que precedió a la explosión, la bola de fuego que la acompañó, el tamaño del cráter resultante» o «el tipo y patrón de fragmentación visible entorno al cráter» son elementos «consistentes» con el posible impacto de un cohete.
«Las pruebas de que dispone Human Rights Watch hacen que la posibilidad de que se lanzara una gran bomba desde el aire, como las que Israel ha usado ampliamente en Gaza, sea muy improbable«, dice la ONG.
También pide al Gobierno de Hamás que muestre restos de la munición, al tener indicios por testigos de que el Ministerio del Interior de Gaza «se llevó toda la metralla del lugar».
«Las autoridades de Gaza e Israel deberían proporcionar a nivel público toda la información que posean sobre el incidente», dice HRW.
Según insiste, «el derecho internacional humanitario o las leyes de la guerra otorgan protección especial a los hospitales y otras instalaciones médicas, a los heridos y enfermos, así como a personal médico», que «deben ser protegidos y respetados en todas las circunstancias».