- Abandonar la tradición
- Número de palestinos muertos
- 2018 fue casual, 2020 sentó precedente
- Buenas relaciones tras la crisis diplomática de 2021
- «Hay que estar en otros lugares»
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no tiene previsto realizar la tradicional visita oficial a Marruecos. Un viaje que acostumbraba a ser el primero de la legislatura y cuyo protagonismo ha recaído esta vez sobre Israel.
El motivo del cambio no ha sido la grave situación en la zona, y la voluntad de solicitar el cese de las hostilidades en la Franja de Gaza, sino que Marruecos ha dejado de ser, por principio, el viaje prioritario del Jefe del Ejecutivo. Más aún. Fuentes del Ministerio de Exteriores confirman a Confidencial Digital que tampoco hay agendado un desplazamiento a Rabat en el horizonte próximo.
Abandonar la tradición
En anteriores legislaturas, ha sido tradición que el primer viaje oficial del líder del Ejecutivo fuera a Marruecos, un gesto de cercanía hacia uno de los territorios más importantes en las relaciones diplomáticas de España.
Ceuta y Melilla son la única frontera terrestre entre Europa y África y Marruecos, casi siempre en colaboración con España, regula gran parte del flujo migratorio proveniente de los países subsaharianos.
La decisión del actual Ejecutivo pone fin a una costumbre que se ha prolongado decenios y que han mantenido anteriores presidentes como Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, y que fue iniciada por Felipe González en 1982.
Número de palestinos muertos
En este caso, Sánchez ha acudido a Israel ante el conflicto que se vive en la Franja de Gaza. Tras el ataque terrorista del grupo Hamás, el Gobierno de Benjamin Netanyahu ha respondido bombardeando y atacando las zonas donde residen militantes de la banda armada según el Ejecutivo israelí
El presidente Sánchez ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea, y ha aprovechado el desplazamiento para condenar ante Netanyahu los ataques de Hamás, pero también para solicitar una respuesta que cumpla con los derechos humanos: “El número de palestinos muertos es realmente insoportable”, les comentó en su encuentro de este jueves.
Sin embargo, este conflicto no se ha utilizado como una excusa desde el Ejecutivo para justificar que Marruecos no haya sido el primer destino tras la investidura. Fuentes gubernamentales aseguran a ECD que la situación no habría variado en caso de no viajar a Israel, y que no solo no hay ningún desplazamiento agendado, sino que tampoco está en mente organizarlo.
2018 fue casual, 2020 sentó precedente
Este es el tercer mandato de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. El primero comenzó en 2018, tras la exitosa moción de censura a Mariano Rajoy.
Después de la toma de posesión de los ministros, los responsables de España y Marruecos trataron de organizar la tradicional visita oficial a Rabat Marruecos. No fue posible por una cuestión de agendas, según alegó La Moncloa, y Sánchez terminó acudiendo a París como primer desplazamiento oficial.
Sánchez no pudo sacar adelante los presupuestos, y se vio obligado a convocar elecciones. Tras la repetición electoral se configuró el primer Gobierno de coalición de la democracia, entre el PSOE y Unidas Podemos, en enero de 2020, menos de dos meses antes de que la pandemia de la covid-19 golpeara Europa y el mundo. Para entonces, a las pocas semanas de que se constituyera el nuevo Ejecutivo, el virus ya había azotado China y los casos comenzaban a aflorar en Italia. Sánchez tampoco realizó visita alguna a Marruecos y entonces se interpretó que la pandemia lo había impedido.
Sin embargo, desde el Ejecutivo confirman ahora que aquella decisión «fue un precedente», no una mera casualidad. Y alegan que supuso la primera vez que Sánchez decidió no continuar la tradición de acudir a Marruecos como primera cita oficial de la legislatura.
Buenas relaciones tras la crisis diplomática de 2021
La decisión se produjo tras una importante crisis diplomática con Marruecos. El 23 de abril de 2021 se hizo público que España había acogido y hospitalizado a Brahim Ghali, líder del Frente Polisario, el movimiento nacionalista saharaui que combate contra Marruecos y que busca la independencia del Sáhara Occidental, frente al intento de Rabat de anexionarse ese territorio como una autonomía.
La atención sanitaria a Ghali indignó al Gobierno marroquí, que avisó el 8 de mayo que «tomaría nota». Diez días después, el 18 de mayo, 8.000 inmigrantes, la mayoría de ellos marroquíes, entraron en Ceuta por los espigones fronterizos ante la pasividad de las fuerzas de seguridad marroquíes. Fue una de las mayores oleadas de inmigración irregular que ha sufrido España, y un mensaje claro al Ejecutivo de Sánchez.
Tras un año de «crisis bilateral», como la denominó el Ejecutivo marroquí, Sánchez procedió a un cambio en el Gabinete y prescindió de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, señalada por Marruecos como responsable de la acogida a Ghali. Fue el primer paso para encauzar las relaciones.
El gesto fue acompañado de otro más. El anuncio por parte de España de hacer suya la propuesta de Marruecos de incluir el Sáhara Occidental como una autonomía dentro de su territorio, como «la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo». La carta, enviada el 14 de marzo de 2022, levantó mucha polémica en España y desató un enfrentamiento entre la parte socialista y morada del Gobierno.
El 7 de abril, Sánchez fue invitado por el rey de Marruecos, Mohamed VI, a un ‘iftar’ en su honor, la comida que rompe el ayuno durante el ‘Ramadán’. El encuentro se produjo en Rabat con el objetivo de «iniciar una nueva etapa en las relaciones entre España y Marruecos», según afirmó el Gobierno español.
«Hay que estar en otros lugares»
Desde aquel encuentro, en Exteriores dan por encauzada la relación con el Gobierno marroquí, y circunscriben las tensiones entre ambos países al periodo entre abril de 2021 y de 2022. Tan es así, que Sánchez no ve prioritario visitar Marruecos y en Exteriores restan importancia al final de esta costumbre.
Fuentes gubernamentales aseguran a ECD que el motivo de eliminar esa tradición no es otro que acudir a lugares donde hay conflictos o cuestiones «urgentes», como enfrentamientos abiertos. Es el caso de Israel y Palestina, pero también de Ucrania, que continúa siendo atacada por las fuerzas rusas tras casi dos años de invasión armada.
En Exteriores consideran que el problema marroquí ya está solventado y que la relación entre ambos países goza de buena salud, por lo que no ven necesario planificar —próximamente— una visita oficial al país vecino.