Los seres humanos necesitamos la conexión. Unos y otros marcamos el ritmo de la existencia por el contacto. Si nos remontamos a nuestros ancestros, el calor del hogar no era meramente una llama, el abrazo es la exaltación de la humanidad en todo su sentido. Cualquier comunidad que se precie necesita del contacto para avanzar, es una forma primitiva de comunicación y es una forma de expresar y dar calma. Cuando nacemos, el primer gesto de la madre es la de abrazar al hijo, darle calor, que reconozca el olor que le acompañará siempre en la vida. Porque el abrazo es, más que una herramienta, un arma, la única arma que nos puede hacer humanos. Porque la humanidad es palabra.