El Córdoba CF escapó con el tercer triunfo consecutivo en su cuenta del duelo directo ante el Antequera en El Arcángel (3-0), en el que entre múltiples lecturas y motivos para el festejo, también destacaron algunos nombres propios, como el de Adrián Lapeña. El central blanquiverde, autor del primer gol de la noche, fue una de las piezas más sustanciales en el esquema de Iván Ania, sobre el que afirma que ahora se encuentra «dando pasos» hacia su mejor versión a cada jornada que pasa. «Se nos puede ver cada fin de semana que nos encontramos cómodos en diferentes registros de juego. Creo que el trabajo que está haciendo el entrenador y nosotros cada semana es muy bueno, hay que seguir en esta línea, no nos podemos relajar ahora que hemos cogido una buena racha. Hay que trabajar y disfrutar, no nos podemos bajar de ella», resolvió tras el duro cruce.
Un gol estimulante
En esa sintonía, el central riojano analizó la jugada de su diana, afirmando que más allá de una casualidad, el dibujo hasta el gol se encontraba previamente trazado en la pizarra blanquiverde, ejecutada por Kike Márquez y finalizada por el propio defensor de cara a puerta: «Ya entre semana le andaba diciendo a Kike Márquez un poco por donde me gustaba que fuese el balón. El balón es perfecto, se puede medir muy bien, el primer remate es muy bueno a pesar de que el portero hace una buena parada y la tengo que empujar. Contento por el remate, el gol y la victoria del equipo, ahora a descansar y pensar en el siguiente», admitió.
«Es muy bonito, oyes a toda la gente celebrar, les ves las caras. Un gol siempre es especial, cuando lo haces en un club así lo es más. Ojalá sea el primero de muchos y podamos levantar del asiento a la gente más veces», apuntó, incidiendo en su emoción y las sensaciones vividas tras abrir la renta ante los antequeranos.
La clave, «no bajar los brazos»
Su actual situación en la plantilla, por otra parte, también fue analizada en sala de prensa, después de pasar por todos los estadíos que pueden comprender la evolución de un futbolista en cualquier vestuario: de titular tempranero, a un perfil secundario, para posteriormente retomar su sitio en la partida y estar firmando el mejor rendimiento desde su llegada durante el pasado verano. «Es parte del fútbol, lo que tenemos que hacer es estar preparados por si el míster nos pone a jugar, nunca he bajado los brazos, he estado a disposición del entrenador. Es la clave, no solo mía, sino también de muchos compañeros», afirmó. «Para los equipos que quieren estar ahí arriba, el no bajar los brazos entre semana hace que el que el fin de semana salga lo haga de maravilla. Contento por estar en el once, a trabajar para no salir de él», apostilló concienzudo.