La economía de la eurozona se estanca mientras la inflación va descendiendo. A la vez que la resiliencia del mercado laboral ayuda a que el crecimiento pueda evitar seguir flaqueando, el gasto de los consumidores hace que los riesgos estén sesgados a la baja. Con este panorama, ¿parecen optimistas las previsiones de la Comisión Europea?
Los últimos pronósticos publicados anticipan un crecimiento interanual del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro del 1,2% para 2024. «En general, nuestra visión cautelosa sobre el crecimiento de la eurozona, con un PIB que aumentará un 0,6% interanual en 2024 después de un aumento del 0,5% en 2023, contrasta con la visión optimista de la Comisión Europea», dicen en Oxford Economics.
Según la segunda lectura del dato publicada por Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea (UE), la eurozona registró en el tercer trimestre una contracción del 0,1% frente a los tres meses anteriores. «Esperamos otra caída en el cuarto trimestre y una breve recesión», apuntan en Pantheon Macroeconomics. «La mayoría de los indicadores adelantados señalan que el PIB volverá a caer en el cuarto trimestre, y más que en el tercero», añaden.
Pero, a pesar de la actividad moderada en la eurozona, el empleo parece que por el momento se mantiene sólido. En septiembre, la tasa de paro de la zona euro subió al 6,5%, una décima más que en agosto, pero por debajo del 6,7% del mismo del año pasado. Frente a agosto, el número de desempleados aumentó en 69.000 en la eurozona, mientras que, en comparación con hace un año, hay 212.000 desempleados menos.
«Los niveles de empleo están ahora un 3,5% por encima de su nivel prepandémico, no muy diferente al nivel del PIB», comentan en Oxford Economics, donde destacan que la resiliencia del mercado laboral es una de las principales razones por las que no esperan que el crecimiento de la eurozona flaquee.
No obstante, matizan que el ritmo de recuperación del consumo privado podría decepcionar el próximo año. «Los posibles desencadenantes podrían ser un mercado laboral más débil, que podría afectar el ingreso real disponible y las decisiones de ahorro». Por ello, prevén que el gasto de los consumidores en la eurozona se estancará en el cuarto trimestre.
Por su parte, la inflación va relajándose. De hecho, en octubre, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situó en mínimos desde julio de 2021 al moderarse el avance de los precios hasta el 2,9%, muy por debajo de la lectura de septiembre, cuando se colocó en el 4,3%. Mientras, la tasa subyacente bajó tres décimas, hasta el 4,2%. «Las cifras confirman que la dinámica desinflacionaria está en ciernes«, afirman los expertos que, sin embargo, consideran que los últimos datos refuerzan su opinión de que es probable que la inflación decepcione las expectativas del Banco Central Europeo (BCE) en 2024.
«Las presiones inflacionarias disminuyen, pero es demasiado pronto para cantar victoria«, expresan en Danske Bank. Igual se posicionan en Pantheon Macroeconomics: «La tendencia central de nuestras previsiones sigue siendo que la inflación no alcanzará las previsiones del BCE en el corto plazo y, en particular, para el año próximo en su conjunto».