Una piedra en el zapato en el momento álgido de la ultraderecha en Francia. La Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen tiene el viento en popa en este curso político. Los últimos sondeos le pronostican la primera posición en las próximas elecciones europeas de junio de 2024, en que obtendría más del 25% de los votos y quedaría claramente por delante del partido del presidente Emmanuel Macron (con menos del 20%). Su estrategia de ‘dédiabolisation’ (blanqueamiento) salió reforzada de las extrañas manifestaciones contra el antisemitismo del 12 de noviembre, en que participaron numerosos dirigentes y simpatizantes ultras. Este avance del lepenismo, sin embargo, se ha topado en las últimas semanas con un obstáculo: la corrupción.
David Rachline, de 35 años, el vicepresidente de la RN y alcalde de Fréjus —la segunda ciudad francesa con más habitantes gobernada por la extrema derecha después de Perpinyà—, ha sido acusado de beneficiarse de una trama corrupta. La periodista Camille Vigogne ha publicado este mes el libro Les rapaces (Los buitres), una detallada investigación en que denuncia cómo este edil recibió sobres con fajos de billetes por parte de un empresario local de la construcción y utilizó dinero en metálico para comprarse objetos de lujo, como un reloj Hublot valorado en más de 15.000 euros.
El alcalde de Fréjus desmintió las acusaciones de la periodista de investigación y aseguró en un comunicado que el libro «está lleno de ignominias, comentarios difamatorios e insultantes y falsas anécdotas». Ha presentado una denuncia contra la periodista. De momento, se desconoce si la fiscalía abrirá una investigación sobre Rachline tras las revelaciones de Vigogne, quien trabaja como reportera para la revista progresista L’Obs. Este libro rompe, en cualquier caso, el relato del partido de Le Pen que ha querido convertir en una vitrina las pocas ciudades donde gobierna, apenas una quincena en toda Francia y solo dos de ellas con más de 30.000 habitantes (Fréjus y Perpinyà).
Sobres con billetes, relojes de lujo y fiestas pagadas
«Rachline es uno de los más fieles entre los fieles de Le Pen. Ha estado a su lado en todas las batallas desde 2011», explica a EL PERIÓDICO Vigogne sobre el alcalde de Fréjus, con unos 55.000 habitantes y situada a unos 40 kilómetros de Saint-Tropez, en el epicentro de la lujosa Costa Azul. Esta turística región en el sudeste de Francia tiene un largo historial de casos de corrupción. El mismo Rachline logró ganar las municipales de 2014 con un discurso populista y haciendo bandera de la lucha contra ese «sistema» corrupto. Entonces, el lepenismo pretendía encarnar una especie de Movimiento 5 Estrellas a la francesa.
Una vez se convirtió en alcalde, sin embargo, «rápidamente entró en el mismo sistema y no cambió nada, incluso aceleró la construcción en todos los rincones de la ciudad«, critica Catherine Poggy Aubry, una de las referentes en esa localidad de la Francia Insumisa (afines a Sumar). Según Vigogne, quien investigó sobre el edil ultra durante más de un año y medio, en la primera reunión entre Rachline y el empresario Alexandre Barbero —un magnate local de la construcción pública y privada—, el alcalde salió con varios sobres con billetes.
«Una parte de ese dinero en metálico estuvo durante mucho tiempo en su casa, escondido en el cajón de los calcetines o en bolsas«, explica la reportera sobre Rachline, a quien llaman en el seno de la RN con el apodo de «árbol de Navidad» por su gusto por el lujo y un tren de vida difícilmente al alcance por alguien que gana unos 8.500 euros mensuales.
Según revela en Les rapaces, Vigogne ha encontrado varios testimonios y pruebas que certifican que el dirigente ultra pidió a personas de su entorno, como su chófer, que le compraran sin dar el nombre del edil relojes o joyas por varios miles de euros pagándolas con dinero en metálico. «También se ha beneficiado con toda una serie de regalos no materiales por parte de Barbero», sostiene la periodista. Ella menciona fiestas y cenas pagadas en locales de lujo de la Costa Azul, viajes en el yate del empresario o la asistencia al Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco en la tribuna privada del arquitecto Jean-Pascal Clément, el excuñado de Barbero y quien también se beneficia supuestamente de esa trama.
«¿Y si no fuera un hombre aislado?»
Con una cifra de negocios anual de 80 millones de euros, el grupo Holding Delta Investissements (HDI) de Barbero —un empresario con raíces italianas y propietario del equipo de fútbol local— domina el sector de la construcción en Fréjus y las localidades colindantes, como la playera Saint-Raphaël, dirigida por un alcalde de la derecha republicana muy cercano a Rachline. Según Les rapaces, esto se debe a un sistema de concesión de obra pública supuestamente corrupto. El Tribunal de Cuentas ya advertía hace unos años que en una quincena de mercados de obras públicas en Fréjus «la competencia había sido inexistente o imposible de comprobar».
«¿Y si David Rachline no fuera un hombre aislado (…), sino el síntoma de una enfermedad política más profunda en el seno del partido?», se pregunta Vigogne en su libro sobre la posibilidad de que otros dirigentes de la RN se beneficiaran de esta trama. «Dispongo de elementos que muestran que la dirección no puede ignorar lo que sucede», defiende esta reportera durante una entrevista telefónica. «Nos podemos preguntar si no ha habido una ceguera voluntaria», añade.
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Rachline es considerado, de hecho, como el «mejor amigo» de Jordan Bardella, cabeza de lista en las europeas. El joven presidente de la RN, de 28 años, pasa una parte de sus vacaciones y juergas en Fréjus. Según Vigogne, «personas del entorno de Bardella» le han explicado «cómo una parte de sus gastos en la ciudad fueron sufragados por otros», como el magnate local Barbero. Tras la publicación de estas informaciones, Marine Le Pen reaccionó afirmando que «por principio», otorgaba su confianza a David Rachline, «salvo que se demuestre lo contrario». Fue una manera de quitar hierro al asunto, pero marcando ciertas distancias con el vicepresidente de su partido.
Si estas revelaciones desembocan en una investigación judicial, representaría un nuevo affaire para la RN. Le Pen será juzgada el año que viene, junto con otros 26 miembros de su partido, por una presunta trama de falsos asistentes en el Parlamento Europeo. Eso se suma al estigma de haber recibido un préstamo de 6 millones de euros por parte de un banco ruso, finalmente devuelto este año. Además de su ideología ultranacionalista y xenófoba, el lepenismo encarna los peores vicios de la vieja política.