El consejero delegado de Endesa, José Bogas, ha asegurado que «cuanto antes» el Gobierno sea capaz de «clarificar y armar de visibilidad» la regulación, haciéndola «más predecible y más estable», habrá «una mayor confianza para invertir en España».
En una entrevista concedida a Europa Press, Bogas reconoció que el inversor «busca siempre estabilidad, por lo que todo lo que no sea estabilidad pone una determinada restricción o resquemor a qué puede pasar o a invertir dinero».
Así, consideró que un Gobierno que ha tenido que realizar «una serie de acuerdos con distintos partidos para llevar la legislatura adelante» puede representar «una debilidad».
A este respecto, destacó que el grupo Enel, principal accionista de la eléctrica española, «está haciendo una apuesta muy importante por Endesa«, con un plan estratégico de casi 9.000 millones de euros para la compañía en estos próximos tres años, dando un «voto de confianza».
En esa línea de incertidumbres enmarcó el impuesto extraordinario que pesa sobre las energéticas para 2023 y 2024, gravando el 1,2% de la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones euros excluyendo los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares, y que, en su opinión, podía tener sentido como «una contribución solidaria» de las grandes empresas en un momento de crisis. «Pero una vez que se ha superado la crisis, o los momentos peores de la crisis, cuando se está normalizando la situación, creemos que no tiene sentido», aseveró.
Además, en su nuevo plan estratégico para el próximo trienio Endesa no contempla que este impuesto extraordinario vaya más allá de lo previsto -2023 y 2024-, a pesar de que el acuerdo de Gobierno de PSOE y Sumar prevé su prórroga, y «apuesta» que a partir de 2025 «no estará».
«Creemos que no tiene sentido ‘per se’, porque ya no es una contribución extraordinaria, y no tiene sentido, porque en lo que es la lucha contra el cambio climático, las inversiones que se necesitan son ingentes. Y esas ingentes inversiones que hay que realizar a futuro, si tenemos un impuesto como éste que nos drena recursos, pues nos drena capacidad de inversión», señaló. Igualmente, recordó que los competidores de fuera de España, e «incluso algunos en España», no tienen que hacer frente a este impuesto, por lo que «no tiene sentido».
Respecto a otro de los acuerdos recogidos en el pacto de PSOE y Sumar, como es la recuperación de la antigua Comisión Nacional de la Energía (CNE), el primer ejecutivo de Endesa estimó que «tampoco ha habido una gran diferencia al juntar» todas las competencias en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), por lo que entiende que «tampoco habrá una gran diferencia en separar las dos», dijo a Europa Press.
«Mucho trabajo» que hacer en regulación
En lo que se refiere a la ‘hoja de ruta’ del Gobierno para la descarbonización a 2030 -el borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) presentado a finales de junio-, Bogas se mostró «orgulloso de su ambición» en la lucha contra el cambio climático y sus objetivos, aunque indicó «que queda mucha regulación de nuevo que hacer para electrificar» todo lo necesario.
Por ello, advirtió de que hay «mucho trabajo» que hacer para avanzar en la regulación para que se dé el marco necesario para afrontar los desafíos de la transición energética, como la regulación del almacenamiento, un nuevo modelo de diseño de mercado eléctrico, etc.
«Tanto en el ámbito empresarial como en todos los aspectos de la vida, muchas veces hay que tomar decisiones con no toda la información, pero éste es uno de los ejemplos de nuestro plan estratégico. Hemos hecho una apuesta decidida por la inversión en España. Esta apuesta decidida que hemos hecho por la inversión en España es ante los supuestos de que hay cosas que se van a ir arreglando a lo largo de este plan. Y cuanto antes, mejor», comentó.
De todas maneras, Bogas, que afirmó tener «muy buena opinión» de Teresa Ribera, que repite en este nuevo Ejecutivo al frente de la materia energética, alabó el «esfuerzo tremendo» llevado a cabo por España y el Gobierno en sus planes para la lucha contra el cambio climático.
No obstante, insistió en esa «falta concreción» en puntos referentes fundamentalmente a la regulación, «que hay que cambiar», como la de las redes de distribución que está llamada a ser «un elemento crucial» en la integración de las renovables y en la electrificación de la demanda.
La crisis energética «ya pasó»
Lo que sí que dio ya por zanjada es la crisis energética que colapsó el mundo el año pasado, tras el impacto de la guerra en Ucrania, y consideró que «ya pasó«.
«Creo, y quizá me confunda, que una crisis como la anterior no puede volver a darse. Ahora, que haya pequeñas crisis, volatilidad, tensiones en los precios…, pues esto es el pan nuestro de cada día», reconoció.
Por ello, admitió que las medidas excepcionales adoptadas por la invasión de Ucrania -como la de la generación inframarginal (nuclear, hidroeléctrica y otras renovables) y su minoración a todos los contratos bilaterales que tengan un precio superior a los 67 euros/MWh- «se deberían de levantar».
«Creo que todas estas medidas tienen su sentido cuando ocurría la crisis y tienen consecuencias muy buenas y tienen consecuencias malas. Una de las consecuencias malas es la fractura en la regulación por ejemplo de la Unión Europea, cuando lo que tenemos que buscar es ese mercado único europeo», concluyó.