El Puerto de Las Palmas, Capitanía Marítima y la consignataria Alfaship han completado con éxito la asistencia en alta mar al buque especializado en construcción submarina más grande del mundo. Se trata del Pioneering Spirit, un barco del contratista internacional Allseas que se dirige a las costas de Senegal y de Mauritania para completar la instalación de tuberías en el gasoducto Greater Tortue Ahmeyim (GTA), según explica la compañía en su web corporativa.

El Pioneering Spirit zarpó de Róterdam el miércoles de la semana pasada y el armador solicitó a su consignatario local un servicio fuera del puerto, lo que se denomina en el mundillo portuario como una OPL (Off Port Limits), todo ello con la finalidad de cambiar de tripulación y de cargar repuestos sin necesidad de desviarse de su ruta.

La operación, con la autorización de Capitanía Marítima, que es la administración encargada de la seguridad, se realizó a tres millas del Puerto. El buque, que mide 477 metros de eslora con el aguijón de proa desplegado, casi el ancho de la bocana del Puerto de Luz (550 metros), se quedó suspendido a la altura del parque San Telmo, por encima de las radas norte y sur de la bahía capitalina. 

Tres falúas y siete viajes

En poco más de cuatro horas se subieron al navío dos toneladas de pertrechos, al tiempo que se bajaron veinte tripulantes y se embarcaron otros ochenta. Intervinieron tres falúas de las cuatro que estaban operativas en La Luz, las cuales dieron siete viajes desde los muelles Pesquero y Sanapú para trasladar al personal y el material hasta el barco, que izó los repuestos con una de sus grúas y a los marineros en una cesta.




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Pioneering Spirit, el buque más grande del mundo, cambia su tripulación en el Puerto de Las Palmas
LP/DLP

Los vídeos de la operativa muestran cómo las lanchas se abarloan al Pioneering Spirit para prestarle el servicio fuera de los límites del puerto. 

Desde el costado del buque, con toda la inmensa pared de acero sobre sus cabezas (francobordo), los operarios coordinaron la logística de la operación con el capitán. 

El mar ayudó

El mar estaba en calma, «echado» como se dice en el argot, pero a tres millas de la costa, sin diques de abrigo, todo se mueve bastante y es más peligroso. De ahí que ese tipo de servicios OPL sean menos frecuentes al atraque en los muelles o el fondeo en las áreas autorizadas. Requieren, en ese sentido, un permiso expreso de Capitanía Marítima, que mira al detalle las condiciones del mar y la seguridad de estas operaciones.

El ‘Pioneering Spirit’. LP / DLP


Las OPL solo están permitidas para suministro de mercancías y recambios, recogida de muestras y cambios de tripulación. Los armadores recurren a ellas para ahorrarse tiempo y dinero porque no se pagan las tasas propias del atraque o del fondeo.

El Pioneering Spirit, además, cuenta con sistema de posicionamiento dinámico, una tecnología que le permite quedarse suspendido sobre el mar para instalar las tuberías. Este sistema facilita el éxito de operaciones como la realizada fuera del Puerto de La Luz, en las que la asistencia se presta con el barco en marcha, sin llegar a detenerse del todo.

Una ciudad a bordo

En marzo, cuando el buque termine los trabajos en Senegal y vuelva de regreso a Holanda, sí está previsto que haga escala en Las Palmas de Gran Canaria y demande más servicios. A bordo viajan cerca de 500 tripulantes, una ciudad flotante con todo tipo de necesidades. 

Lo más probable es que fondee en la rada norte o en la rada sur de la bahía capitalina, pues no existe espacio lineal en los muelles de La Luz que permitan su atraque. Tampoco están preparados los norays para sujetar su gran tonelaje (400.000 GT), entre otras limitaciones que complicarían su entrada a puerto, como su enorme longitud y anchura.

El Pioneering Spirit tiene una eslora de 382 metros, pero con el aguijón de proa llega hasta los 477 metros de longitud total. Ese diseño, unido a ocho vigas elevadoras y su doble casco a modo de catamarán, le permite arrancar las plataformas y transportarlas en peso a otros lugares para desmantelarlas.

En la popa, además, dispone de varias grúas para cargar los jackets, que son las patas de estas grandes estructuras metálicas creadas para perforar el lecho submarino. 

Plataformas y tuberías

Gracias a esas características técnicas, el sector del gas y del petróleo no solo contrata los servicios del buque para tender tuberías, sino también para retirar las plataformas y desmontarlas cuando dejan de estar operativas. 

Una fuerza y una capacidad operativas que también se reflejan en el ancho del buque y en su profundidad, con 124 metros de manga y 30 de calado. Estas dimensiones hacen posible su atraque en muy pocos puertos.

En Róterdam, que es donde tiene su base, descansa en una especie de duques de alba flotantes a las afueras del puerto, explican fuentes del sector.