Todavía no hay una fecha fijada para la celebración de las elecciones en Galicia, pero las fuerzas políticas se mueven desde hace tiempo con la mirada puesta en la cita regional. El Partido Popular, con Alberto Núñez Feijóo a la cabeza, concatenó cuatro mayorías absolutas. Su marcha a Madrid propició el ascenso de Alfonso Rueda, presidente de la Xunta y candidato conservador a los comicios autonómicos. Sin embargo, la sombra de Feijóo es alargada y pesa sobre su sucesor. Revalidar la mayoría absoluta se antoja complicado, lo que abre una ventana de oportunidades al PSOE. En Ferraz se ven con fuerzas no sólo de disputar el partido, sino de ganarlo y dar la puntilla al actual jefe de la oposición en su tierra. Perder Galicia “sería su debacle”. “Las voces en el PP no se contendrían tanto como lo hacen ahora”, sugieren voces socialistas de peso.

El Partido Popular trabaja con mimo con la vista puesta en Euskadi y, especialmente, en Galicia, coto de caza privado de Alberto Núñez Feijóo durante doce años y escenario donde los conservadores cosecharon cuatro mayorías absolutas consecutivas. Las elecciones gallegas son un pilar fundamental en el futuro a medio plazo de los conservadores. Es y ha sido su terreno durante cuatro legislaturas. En otras palabras, todo lo que no sea revalidar la Presidencia de la Xunta se interpretará como una hecatombe. Desde sectores próximos a Génova sugieren que el jefe de la oposición tendrá un papel protagonista en la campaña electoral, aunque no sólo por el hecho de ser Galicia, sino porque hay quien indica que el perfil del candidato no es tan potente como imaginaban.

El Partido Popular no las tiene todas consigo en retener Galicia. Rueda, pese a comandar el Ejecutivo regional, no cuenta con el peso de un Feijóo curtido entre mayorías absolutas. En público admite que las perspectivas son buenas y están convencidos de la victoria. No obstante, este jueves, Miguel Tellado evidenció las suspicacias de la dirección nacional ante los micrófonos de Es la mañana, de Federico Jiménez Losantos. En el programa matinal de EsRadio instó a Vox a que renunciara a presentar candidatura para las elecciones gallegas y evitar la fragmentación del espacio del centro-derecha. En resumen, el mismo discurso que blandieron los dos últimos presidentes del PP ante sus respectivas generales.

El papel de la izquierda

El Partido Socialista mete en una coctelera todas estas señales que, a su modo de ver, apuntan a que, como mínimo, hay partido. Fuentes de la Ejecutiva federal consultadas por ElPlural.com no dan la mano por perdida. Creen que tienen un as en la manga, aunque no rehúyen las dificultades ajenas que pueden lastras las opciones de “un buen candidato” como José Ramón Gómez Besteiro. Tras un breve paso por la Delegación del Gobierno en Galicia, el secretario general de los socialistas gallegos ha regresado. “Ha vuelto y sin mácula”, comenta un alto cargo de la dirección del partido a este periódico.

En la Ejecutiva federal, según las fuentes consultadas, confían en las posibilidades de su candidato, sin ser ajenos a la extraña situación que atraviesa el PP gallego, cuyo cabeza de cartel no tiene el predicamento de su predecesor. “No es una buena elección”, aventuran otras voces socialistas, al tiempo que sugieren que los conservadores adelantarán la fecha de las elecciones para pillar con el pie cambiado a Besteiro. “Harán todo lo posible para que no coja fuerza suficiente”, precisan.

A pesar de todas las señales, saben que la papeleta es compleja, máxime cuando a la izquierda del Partido Socialista las heridas no sólo no se cierran, sino que la sangre fluye aún a borbotones. El órdago de Podemos a Sumar, con todo lo que ello comporta, no es algo que preocupe en Ferraz. Al menos, no en términos de legislatura. Eso es harina de otro costal. En cambio, sí se percibe cierta intranquilidad -similar a la verbalizada por Tellado- ante la posibilidad de un nuevo episodio de división del voto en ese espacio. De hecho, las fuentes consultadas admiten que ese recelo es real y llaman a una “reflexión” a las fuerzas a su izquierda para amasar una “mayoría progresista en la Xunta”, amparándose en el ejemplo del 28 de mayo. “La situación es similar, aquello no fue un problema de votos, sino de la amalgama de partidos a nuestra izquierda”, recuerda otro alto cargo socialista.

Las pasadas elecciones autonómicas y municipales han de ser una moraleja tanto para el PSOE como para Sumar y Podemos. A mayor fragmentación, menos opciones. “Es una cuestión de matemáticas, ya no de reflexión política”, puntualiza el mismo dirigente. Con una izquierda unida, las posibilidades de dar la puntilla a Feijóo se multiplican, dado que, si pierde Galicia, las críticas que “aún se contienen” en Madrid se desatarían. “Si eso ocurre, sería su debacle. Se fue a Madrid, se queda sin Gobierno y pierde la Xunta. Con eso, las voces en el PP no se contendrán tanto como lo hacen ahora”, rematan.