Solo el 44 por ciento de la población española asegura tener la intención de vacunarse en la actual campaña antigripal –cifra inferior a la previsión de 2022 (49%)–, según el Observatorio de vacunación antigripal en España 2023.
Asimismo, también se reduce la intencionalidad de vacunarse manifestada por el colectivo de personas mayores de 60 años, que pasa del 80 por ciento de la campaña anterior al 74 por ciento, lo que impediría alcanzar las tasas de vacunación marcadas por salud pública. Así se refleja en la tercera edición del estudio de percepción sobre vacunación antigripal, conducido por GAD3, consultora de investigación social, con el apoyo de CSL Seqirus.
Según señala Javier Castrodeza, jefe del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Valladolid, «hay una clara necesidad de reflexionar sobre cómo se puede volver a concienciar de la importancia de la vacunación antigripal para que no siga disminuyendo el porcentaje de población que finalmente se vacuna». «No debemos olvidar que la gripe es un problema de salud pública», ha añadido.
De acuerdo con el estudio, en el que han participado 2.206 personas, tras la normalización de la situación sanitaria después de la pandemia de Covid-19, que había contribuido a fomentar la cultura vacunal, en la campaña 2022-2023 se volvió a reducir la percepción social positiva hacia la vacuna como herramienta de protección y prevención frente a enfermedades respiratorias contagiosas.
Así, el estudio muestra que, mientras el año pasado el 23,9 por ciento de los encuestados aseguraban que la Covid-19 les había hecho ser más conscientes de la importancia de la vacunación en general, la cifra se desploma este año al 5,9 por ciento.
En cuanto a la actual campaña, se mantiene como principal razón de la población para vacunarse la voluntad de protegerse frente a los virus en general (57,3%), aunque también en un porcentaje muy inferior a la anterior campaña, y otro 49,2 por ciento argumenta la necesidad de vacunarse frente a la gripe de forma anual.
Por otro lado, solo el 40 por ciento de los españoles percibe la coadministración de las vacunas de gripe y Covid-19 como una mejora, siendo los encuestados de mayor edad los que se muestran a favor de esta medida.
LA FALTA DE PRESCRIPCIÓN, LA PRINCIPAL RAZÓN PARA NO VACUNARSE
Entre los resultados del estudio, destaca el aumento respecto al año anterior, del 51,4 hasta el 66,3 por ciento, de la falta de prescripción por parte del personal médico y sanitario como el principal argumento para no vacunarse. Además, crece el porcentaje de encuestados que banalizan la enfermedad (39,1%) y consideran que no se trata de un virus grave.
Asimismo, el 81,2 por ciento de los españoles afirma no disponer de la información suficiente para considerar necesaria la vacunación, mientras la prescripción por parte del personal médico, sanitario o farmacéutico sigue siendo el factor que más en cuenta tiene la población a la hora de tomar la decisión de vacunarse. Este año se han reducido de un 39,5 a un 19,2 por ciento los encuestados que aseguran haber recibido información por esta vía.
Al contrario, destaca un aumento de los españoles que se han informado de la campaña de vacunación antigripal a través de los medios de comunicación (39,4%) y mediante la administración pública o el Sistema Nacional de Salud (24%).
Camino Prada, doctora en Investigación Aplicada a las Ciencias Sanitarias y Profesora Asociada de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad de Valladolid, destaca el «papel esencial que tiene el personal sanitario como prescriptor de la vacuna antigripal». «En las tres ediciones publicadas hasta ahora, este estudio nos demuestra que su posición al respecto tiene una influencia directa en la decisión final de las personas a la hora de vacunarse frente a la gripe», ha añadido.
PERSISTE EL DESCONOCIMIENTO DE LOS GRUPOS DE RIESGO
La correcta identificación de los grupos de riesgo es otro de los puntos clave para el éxito de la campaña de vacunación antigripal. En este sentido, el 73 por ciento de los encuestados reconocen a los mayores de 60 años como población diana.
Sin embargo, ha empeorado la sensibilización respecto a otros grupos de riesgo como la población con patologías respiratorias (28,4%), pacientes con enfermedades crónicas o inmunodeprimidos (20%) y destaca el mínimo reconocimiento en el caso de mujeres embarazadas y personas convivientes con pacientes de riesgo (6,3% y 0,9%, respectivamente).
Por las características de la gripe, son los mayores de 60 años con patologías previas el colectivo en el que más puede llegar a comprometer su vida. En esta línea, el 68 por ciento de la población se muestra a favor de adquirir la vacuna específica para los mayores de 60 años, sin importar cuál sea su precio, y los encuestados de entre 30 y 59 años son los que más a favor se muestran de esta medida, por encima del grupo de edad afectado.
Según Pepe Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), es «muy importante» valorar el coste-efectividad de utilizar la vacuna de inmunogenicidad aumentada. «Las complicaciones que provoca la gripe cada año en la salud de un gran número de personas, una gran parte de ellos mayores de 60 años, tienen un gran impacto a nivel económico», ha concluido.
