Una «gran sorpresa». Esta frase ha sido la más repetida por numerosos analistas al respecto del resultado electoral en Países Bajos, donde la extrema derecha encarnada en la figura de Geert Wilders y el Partido por la Libertad (PVV) se ha convertido en la fuerza más votada por primera vez desde 1945. La formación de ultraderecha ha alcanzado los 37 escaños con un 23,3% de los votos, doblando su resultado electoral (17 escaños en 2021) y dándole una clara ventaja para formar Gobierno en un Congreso de 150 escaños donde la mayoría absoluta está en 76.

El resultado ha sido sorprendente porque las encuestas, si bien advertían de una fortaleza del PVV, seguían dándole la ventaja a los liberales de derechas del VVD, partido del saliente primer ministro Mark Rutte. Finalmente, la formación conservadora liderada por Dilan Yeşilgöz-Zegerius ha caído al tercer lugar con 24 escaños, 10 menos que en los anteriores comicios, y ha sido superada por la alianza progresista de los socialdemócratas PvdA y los verdes GroenLinks (GL-PvdA) liderada por Frans Timmermans, que ha obtenido 25 escaños, 16 más que en 2021.

Sin embargo, el PVV no ha sido el único partido no tradicional que ha obtenido buenos resultados. El recién formado Nuevo Contrato Social (NSC), partido del democristiano Pieter Omtzigt, obtiene 20 escaños en la que será su primera vez en el Parlamento neerlandés, mientras que el Movimiento Campesino-Ciudadano (BBB), liderado por la periodista Caroline van der Plas, ha logrado 7 escaños, 6 más que en las anteriores elecciones. Estos resultados se han producido a costa de partidos tradicionales como el mencionado VVD, el centroderechista CDA (5 escaños, la mitad que en 2021) y el socioliberal D66 (9 escaños, 6 menos que en 2021).

Para los expertos de Rabobank, estos resultados reflejan «el descontento de los neerlandeses con los políticos tradicionales y la responsabilidad del Gobierno». Cabe recordar que el Ejecutivo de Rutte cayó después de numerosos desacuerdos entre el VVD, D66, CDA y la Unión Cristiana, los cuatro miembros de la coalición gobernante desde enero de 2022.

UN LÍDER RADICAL QUE NO FACILITA EL ACUERDO

Los analistas de Rabobank creen que la victoria del PVV es «desconcertante» y advierten de las dificultades que tendrán Wilders y los ultraderechistas para articular una mayoría parlamentaria. Con sus 37 escaños, la formación de extrema derecha todavía está lejos de la mayoría absoluta y, si bien las negociaciones para formar una coalición «siempre iban a ser un rompecabezas dada la fragmentación del panorama político neerlandés», hay una cosa clara: «La victoria de Wilders no facilita las cosas».

«Requeriría de grandes compromisos por todas las partes. La coalición que probablemente se explorará primero es una entre el PVV y los dos partidos más de centroderecha, el VVD y el NSC, posiblemente incluyendo también al BBB. Pero el NSC se ha mostrado muy reacio a la idea de una coalición que incluya al PVV. La campaña de NSC se centró en la buena gobernanza y su líder califica de inconstitucionales varios de los planes de Wilders«, apuntan desde el banco radicado en Utrecht.

Internacionalmente, Wilders ha sido conocido por su postura antiislámica. Si bien esta postura sigue siendo seña de identidad de la plataforma, el líder del PVV moderó «significativamente» su tono durante la campaña para ofrecer una imagen más presidenciable. En su lugar, explican estos expertos, Wilders se centró en problemas «más acuciantes» para «la mayoría de la población holandesa».

«Con su estricta política antimigración, Wilders promete una solución a la falta de vivienda (asequible). En segundo lugar, Wilders se ha opuesto abiertamente a todo gasto y legislación destinados a combatir el cambio climático. Su ventaja sobre el partido combinado de verdes y laboristas demuestra que la preocupación por el clima es, para mucha gente, un lujo. Un lujo que actualmente no pueden permitirse debido a la crisis del coste de la vida», apuntan desde RaboBank.

Sin embargo, la cabra tira al monte y Wilders no ha tardado en volver por sus fueros. Tras conocerse los resultados electorales, el candidato ultraderechista señaló en su primera declaración pública que su «esperanza» y «lo que deseamos» es «detener el tsunami de la inmigración», al tiempo que anunciaba «priorizar los intereses de los neerlandeses». «La esperanza de Países Bajos es que la gente recupere su país», sentenció, en una frase que recuerda en tono y forma al ‘Make America Great Again’ de Donald Trump.

Por ello, Rabobank cree que va a ser muy difícil formar un Gobierno que no sea con partidos que ya han dicho que no se ven pactando con Wilders y el VVD. De no conseguir articular una mayoría parlamentaria, los expertos creen que la alianza socialdemócrata GL-PvdA liderada por Timmermans podría negociar un gobierno con VVD, NSC y D66, conformando una mayoría de 79 escaños. Con todo, el antiguo ministro de Asuntos Exteriores neerlandés, que ha subrayado que «este es el momento de defender la democracia y el Estado de derecho», se ha mostrado reacio a pactar con VVD salvo en caso de extrema necesidad y son notorios sus roces con Omtzigt, cabeza visible del NSC.

Este escenario, explican desde el banco neerlandés, también es, como poco, improbable. «También requeriría grandes compromisos. Y lo que es más importante, dejar de lado al partido que es, con diferencia, el mayor ganador de las elecciones de ayer sólo podría alimentar aún más el descontento de la población con la política tradicional«, sentencian.

INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

Con todo esto en mente, Rabobank cree que es «difícil» predecir las futuras políticas económicas a la espera de que se cierre una coalición de Gobierno, algo que podría llevar un tiempo debido a las notables diferencias entre partidos. Con todo, estos expertos creen que, independientemente de los nombres y siglas que formen el nuevo Ejecutivo, es «poco probable» que sus medidas «tengan un gran impacto en el crecimiento o en la situación fiscal del país».

«El PVV quiere aumentar el gasto social, pero la estrechez del mercado laboral limita las probabilidades de que cualquier gasto público impulse el crecimiento de forma significativa, especialmente si el Gobierno intenta limitar al mismo tiempo la emigración laboral. Sin embargo, vemos algunos riesgos al alza para la inflación holandesa, si una coalición liderada por el PVV aumenta el gasto público«, apuntan.

En este sentido, estos expertos subrayan que el PVV de Wilders «no dice explícitamente cómo debe financiarse este gasto», pero el riesgo de que se haga mediante un endeudamiento a gran escala es «limitado». «Los socios de coalición como el VVD probablemente intentarán imponer disciplina presupuestaria. A la inversa, parece haber poco apoyo a los recortes presupuestarios. Sin embargo, las finanzas públicas neerlandesas ya se encuentran en una posición saneada, con una deuda de sólo el 50% del PIB. De hecho, los rendimientos de la deuda pública neerlandesa se mantienen relativamente estables, a pesar del gran revuelo electoral», agregan.

Cabe recordar que, en el segundo trimestre del año, Países Bajos entró en recesión técnica tras una segunda caída del Producto Interior Bruto (PIB). Según los datos de Eurostat, la oficina de estadística comunitaria, la quinta mayor economía de la eurozona se contrajo un 0,3% entre abril y junio después de menguar un 0,4% en el primer trimestre de 2023. Se trató de la primera vez que Países Bajos entró en recesión desde la pandemia, cuando el país se paralizó para frenar el avance del coronavirus.