El Parlamento Europeo ha dado luz verde al futuro reglamento para reducir los residuos de envases y embalajes, legislación que «debilita» la propuesta de la Comisión tras una intensa y “abrumadora” presión por parte de la industria, según han denunciado los eurodiputados.

Así lo han expresado a Efe algunos europarlamentarios que han trabajado en la negociación del futuro reglamento, cuyo texto se ha votado este miércoles en una sesión plenaria del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

El futuro reglamento que ha apoyado el Europarlamento -y que aún debe negociarse en trílogo con la Comisión y el Consejo para ser aprobado- obligaría a los Estados miembro a reducir sus residuos de envases y embalajes —en relación a la generación de 2018— en un 5% para 2030, un 10% para 2035 y un 15% para 2040, objetivos que para el plástico se elevan al 10, 15 y 20%, respectivamente.

La normativa que ha validado la Eurocámara fijaría por primera vez metas vinculantes de reducción de envases y empaquetado

La normativa que ha validado la Eurocámara fijaría por primera vez metas vinculantes de reducción de envases y empaquetado, incrementaría los objetivos de reciclaje y prohibiría el uso de sustancias como los PFAS y el Bisfenol A (ya prohibido en España), que se añaden a los envases pensados para la alimentación.

Plásticos en la orilla del mar Greenpeace


Este proceso legislativo ha movilizado al sector del plástico y, sobre todo, al del papel y cartón, que se ha levantado contra las restricciones que según la propuesta inicial afectarían, también, a los embalajes del comercio electrónico, con un límite al espacio vacío de los paquetes para que no supere el 40% y así evitar cajas desproporcionadamente más grandes que el contenido.

Medidas tumbadas por la presión de la industria

Esta medida concreta ha sido una de las que se han caído del texto tras la votación de las enmiendas en el pleno, junto con la prohibición de envases de plástico para frutas y verduras de menos de 1 kg, la prohibición de envases desechables para comedores de interior y la prohibición de condimentos en monodosis (como la «mini mantequilla» o la «mini mermelada»).

El Parlamento Europeo amaneció con folletos colgados de las puertas de todos los diputados, colocados de madrugada por activistas vinculados a las empresas

Los eurodiputados señalan que ha habido una presión especialmente “intensa” en torno a esta legislación, según confió a un grupo de periodistas el socialista Mohammed Chahim, que afirmó estar abierto para hablar con la industria pero rechazó lo que juzga una forma muy intrusiva de ‘lobby’.

La semana pasada, el Parlamento Europeo amaneció con folletos colgados de las puertas de todos los diputados, colocados de madrugada y en los que se les pedía que “arreglaran” lo que la comisión de medioambiente no había hecho y votaran en pleno, por ejemplo, aplicar exenciones a los envases de comida y bebida para llevar.

Los había producido y colocado a lo largo de la noche la organización 360º Foodservice, ligada a multinacionales como McDonalds y a Starbucks, entre otras.

Exceso de envasado plástico en un supermercado AdobeStock


Los europarlamentarios sostienen además que la presión directa ha sido particularmente “abrumadora”, tal y como lo calificó la irlandesa Grace O’Sullivan, del grupo de Los Verdes.

400 reuniones con la industria

“Necesitaría horas para contar las peticiones que hemos recibido para reunirnos con la industria”, alegó a Efe O’Sullivan, quien señala que habitualmente el Parlamento Europeo adopta una posición más ecológicamente ambiciosa que la Comisión pero en esta ocasión se ha dado el caso contrario, hecho que su formación atribuye también al “extremo lobby” sobre los parlamentarios.

Desde septiembre de 2022, los eurodiputados han registrado más de 400 reuniones para abordar el contenido del reglamento con empresas como McDonalds, la petrolera TotalEnergies o Nestlé, además de fabricantes de plástico y de cartón, empaquetadoras o envasadoras y también con algunas plataformas ecologistas como Zero Waste Europe.

“Nos hemos reunido con otros grupos para encontrar un equilibrio, pero en general ha habido una cantidad desproporcionada de grupos de presión”, asevera O’Sullivan, y destaca sobre todo el ‘lobby’ de la industria del cartón y el papel.

Tanto el grupo de Los Verdes como los ecologistas lamentan que el texto fruto de la negociación en la comisión de medioambiente está “descafeinado” respecto a la propuesta de la Comisión, que era “mucho más ambiciosa”, y subrayan que, tras las 341 enmiendas adoptadas en la comisión, han llegado a pleno otras 184, número inusualmente alto para una sesión plenaria.