Nos unimos a las muestras de pesar expresadas por personas e instituciones insulares y nacionales por el fallecimiento de Jerónimo Saavedra Acevedo (1936-2023), intelectual de sólido prestigio, profesor universitario y político de impecable trayectoria que presidió el primer Gobierno de la Comunidad Autónoma y fue ministro de Educación y Administraciones Públicas en el Ejecutivo del Estado.        

Su nombre está asociado a la redacción del primer proyecto de autonomía, redactado por el Instituto Universitario de la Empresa durante el antiguo régimen, y a la restauración de la Unión General de Trabajadores y el Partido Socialista Obrero Español en los que había militado en la clandestinidad; diputado autonómico y del Congreso de la nación, presidió el Ejecutivo canario en dos periodos en los que mostró su inteligencia y templanza, su capacidad negociadora y su elegancia en el ejercicio del poder y de la oposición democrática.

Asumió sus últimas responsabilidades políticas – la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, su ciudad natal, y la Diputación del Común – con entusiasmo y mesura y dejó una huella inolvidable entre quienes trabajaron con él y le conocieron y, para el conjunto de la sociedad, la estela de un hombre libre y, en consecuencia, de un responsable defensor de todas las libertades y garantías de las que hoy goza la sociedad española.

Durante la erupción volcánica de Cumbre Vieja expresó sus opiniones lúcidas y brillantes en distintos y encuentros y medió con las instituciones para hacer más ágiles y eficaces las ayudas a los numerosos damnificados. Descanse en paz y reciba su memoria el reconocimiento y afecto de cuantos le conocimos y, en especial, de los notarios del Colegio de las Islas Canarias que desplegó en el Valle de Aridane un dispositivo de ayuda técnica para acreditar las propiedades perdidas por centenares de vecinos, «las víctimas centrales de la catástrofe», según el recordado Saavedra Acevedo.  

Alfonso Cavallé Cruz 

Decano del Colegio Notarial de las Islas Canarias